Decisión Libre 2015

El día gris de Sandra Torres

Unos cuantos acompañaron a la excandidata presidencial Sandra Torres al momento de aceptar su derrota. Fue el final de una jornada que había previsto, pero no con los resultados catastróficos con que esta terminó y que la dejó con solo el 32.56% de los votos, menos de la mitad de los logrados por Jimmy Morales.

Sandra Torres se retira de la conferencia en su oficina. (Foto Prensa Libre: Paulo Raquec)

Sandra Torres se retira de la conferencia en su oficina. (Foto Prensa Libre: Paulo Raquec)

Sandra Torres se levantó muy temprano alrededor de las 7 horas y se dirigió a su oficina en la zona 10. Había dormido solamente cuatro horas.  Vestida con sobriedad, un jeans y un saco azul, se preparó para empezar el  día por el cual había esperado cuatro años.

Las últimas encuestas le habían advertido que su contrincante, el ahora presidente electo Jimmy Morales, la aventajaba casi 36 puntos. La derrota no estaba descartaba. Sus propias mediciones le indicaban que podría perder por un margen de 5 puntos.

Una buena parte de los empresarios que le habían prometido el apoyo en la segunda vuelta empezaron a retirarse después de los primeros resultados de las encuestas.

Pero su círculo más cercano formado por los diputados Orlando Blanco y Carlos Barreda;  el excanciller Haroldo Rodas, el exministro Carlos Menocal, y el exvocero de Álvaro Colom, Ronaldo Robles continuaron fieles.

Cerca de las 10 horas Torres salió de su oficina para asistir a votar al Colegio Valle Verde, zona 15. Dijo que esperaría el resultado sin comer ansias y cuestionó a Morales, de quien dijo que era “la continuidad de Otto Pérez Molina… dime con quién andas y te diré quién eres”. También lo señaló como parte de la “vieja guardia de militares cuestionados”.

Pasó el resto del día acompañada de Cecilia Palomo, amiga y apoyo durante el gobierno de su exesposo Álvaro Colom, su jefe de seguridad, un par de asistentes y el chef. Por la tarde poco a poco se sumaron Menocal, Robles, Blanco y Rodas.

A diferencia de otras reuniones efectuadas semanas atrás, en la misma casa, una docena de carros llenaban el parqueo.

Cuando la derrota ya era una realidad, periodistas ingresaron a la oficina de la zona 10 para esperar las palabras de Torres. Con voz apagada se presentó ante los micrófonos y, en una declaración que duró un par de minutos, reconoció la derrota y agradeció el millón de votos.

Por la madrugada, y con el 100 por ciento de los votos escrutados, los datos del Tribunal Supremo Electoral reflejan que Morales obtuvo 67.44 por ciento en las preferencias, y ella el 32.56.

“Guatemala tiene serios problemas, pero el pueblo hizo su elección y nosotros la respetamos. Soy y seguiré siendo una demócrata”, afirmó antes de agregar un par de frases triviales más.  Acto seguido se levantó y desapareció por la puerta.

Sus colaboradores reconocen en Torres, de 60 años, una tenacidad y resistencia como pocas. “La jefa nos espera el lunes para analizar los resultados”, le susurró casi al oído uno de los integrantes del comité ejecutivo a otro.  “¿Lunes?”, preguntó desconcertado su interlocutor. “Sí, a trabajar otra vez”, recibió por respuesta.

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