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Inquietud mundial ante amenaza nuclear de Corea

Quien busque en la capital de Corea del Sur, Seúl, un refugio antiaéreo no necesita caminar mucho. Las estaciones del metro están instaladas a tal profundidad que deben ofrecer protección a la población en los inicios de una eventual guerra con Corea del Norte.

El envío provocativo al Mar de China del portaviones estadounidense USS Carl Vinson —en la foto— tensó las relaciones con Corea del Norte, que amenaza con desatar un conflicto bélico. (Foto Prensa Libre: AFP)

El envío provocativo al Mar de China del portaviones estadounidense USS Carl Vinson —en la foto— tensó las relaciones con Corea del Norte, que amenaza con desatar un conflicto bélico. (Foto Prensa Libre: AFP)

Este es el panorama de tensión este domingo —de Resurrección para los cristianos—. Y aunque la amenaza de una prueba nuclear en Corea del Norte quedó en un intento fallido, la zozobra aún no desaparece.

El mundo está a la expectativa luego de dos semanas de roces, ataques y señalamientos que comenzaron la primera semana de abril, con ataques con armas químicas supuestamente ordenador por el presidente sirio, Bachar al Assad; la represalia de EE. UU., el apoyo ruso al régimen sirio y que desembocaron en una abierta amenaza atómica de Corea del Norte.

EE. UU. lanza el 13 de abril, en Afganistán, la bomba no nuclear más potente contra el Estado Islámico que deja unos 94 muertos.


El sábado último, cientos de milicianos norcoreanos celebraron el aniversario del nacimiento de su fundador, Kim Il-sung. No hubo prueba de misiles, pero el régimen de su nieto Kim Jong-un sí lanzó una amenaza: mostró una serie de nuevos misiles, dos de ellos posiblemente intercontinentales, en un preocupante desfile militar por el centro de Pyongyang.

En Corea del Sur nadie quiere pensar en una reedición de la Guerra de Corea, que dejó tres millones de muertos entre 1950 y 1953. Sin embargo, el temor a una escalada del conflicto en la península aumenta.

Pese a que la comunidad internacional lo prohíbe, el régimen comunista en Pyongyang aspira a construir armas nucleares de gran alcance que eventualmente lleguen a territorio estadounidense.

El 14 de abril, Corea del Norte muestra en Pyongyang, la capital, dos misiles intercontinentales y amenaza con atacar a EE. UU.


Corea del Norte ha hecho en los últimos años numerosos ensayos con misiles y podría estar a punto de hacer una nueva prueba nuclear, la sexta desde el 2006.

En Corea del Sur se ha extendido el temor de que un incidente imprevisto se salga rápidamente de control o que un ataque estadounidense contra instalaciones militares norcoreanas desate represalias devastadoras.

Frente a lo que considera una política belicosa de Estados Unidos, el propio régimen comunista en Pyongyang ha amenazado una y otra vez con lanzar el primer ataque.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado varias veces con lanzar en solitario un ataque contra Corea del Norte, de ser necesario sin el apoyo de China. Hace unos días ordenó el envío a aguas coreanas de una flota de buques de guerra, encabezada por el portaviones USS Carl Vinson.

Washington envía el 9 de abril el portaviones USS Carl Vinson a la península coreana, como muestra de su poderío militar.


Por su parte, un portavoz del Ministerio de Defensa en Seúl dijo que no cree en “evaluaciones exageradas de la situación”.

Además, Corea del Sur está convencida de que Estados Unidos no lanzaría un ataque militar contra Corea del Norte sin una “estrecha cooperación” con Seúl. En estos momentos tampoco existen indicios que apunten a que Estados Unidos pueda llamar a sus ciudadanos en Corea del Sur, cuyo número se calcula en más de 200 mil, a abandonar este país.

Conflicto devastador

Analistas coinciden en que un ataque militar contra Corea del Norte entraña enormes riesgos y podría desatar una guerra con consecuencias devastadoras. En tal caso, la península de Corea se convertiría en región “reducida a escombros, con millones de cadáveres”, augura el experto en Corea del Norte Rüdiger Frank, de la Universidad de Viena.

Corea del Sur calcula que Pyongyang cuenta con más de 13 mil piezas de artillería, la mayoría emplazadas a lo largo de la Zona Desmilitarizada (DMZ), que tiene una extensión de cuatro kilómetros.

El 4 de abril, el presidente sirio Bashar al Asad supuestamente usa armas químicas contra opositores.


Corea del Norte sabe que con un ataque pondría en juego su propia supervivencia. Sin embargo, una guerra también haría retroceder años o décadas la pujante economía de Corea del Sur.

“Pese a la falta de recursos y con equipos obsoletos, Corea del Norte, con su gran Ejército en posición avanzada, podría iniciar un ataque con un aviso a corto plazo o sin aviso”, señala un informe del Pentágono.

¿Podría el hombre que habla sobre la producción de armas nucleares convertir a Washington en un “mar de fuego”, como lo dijo inmediatamente después de la elección de Trump?


Y es que los temores de EE. UU. sobre Kim Jong-un no son infundados.

Al respecto, el mismo Trump dijo en febrero último: “Eliminó a su tío. Eliminó a este, a aquel. Quiero decir, este tipo no está de broma. Y no podemos bromear con él, porque tiene misiles y armas nucleares”.

Sí, las tiene, y las está mejorando con una capacidad de explosión más grande. El reloj avanza más de prisa.

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