Guatemala

El macabro crimen que habría cometido el reo asesinado ayer en Pavón

Ludwin Alberto Celada Galdámez era comandante de los Zetas. Murió ayer apuñalado en una riña que se produjo en la Granja de Rehabilitación Pavón.  A Celada se le atribuye el macabro crimen contra 27 campesinos, masacrados en Petén, en 2011.

Ludwin Alberto Celada Galdámez, asesinado el 5 de agosto de 2017 en Pavón, fue sentenciado el 21 de febrero de 2014 por la masacre de 27 campesinos en Petén. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Ludwin Alberto Celada Galdámez, asesinado el 5 de agosto de 2017 en Pavón, fue sentenciado el 21 de febrero de 2014 por la masacre de 27 campesinos en Petén. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Era una mañana de mayo, en La Libertad, Petén.  Es esta la temporada que los peteneros esperan con ansias, por la caída de las primeras lluvias. La zona, en su mayoría, la habitan campesinos quienes se dedican a actividades agrícolas.  Allí estaba la finca llamada Los Cocos.


La jornada comenzaba como siempre. Desde temprano los campesinos trabajadores de la finca se levantaban para sacar las vacas del corral para ordeñarlas.

Luego almacenaban la leche, esperaban a que se enfriara, separaban la crema y, posteriormente, la empacaban en bolsas plásticas. Además, a una parte del producto le agregaban la pastilla de cuajo para preparar los quesos.

Los vecinos del lugar, cada mañana, llegaban a la finca a comprar el queso y la crema para el desayuno. Lo que encontraron esa mañana del 15 de mayo, los marcaría de por vida.

Uno de los compradores contó sobre el macabro hallazgo. Había un ambiente desolado.  Al observar alrededor encontró cadáveres decapitados desplazados en todo el terreno. La sangrienta escena lo hizo salir de la propiedad y dar aviso a las autoridades.

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Esto ocurrió

La madrugada de ese domingo, unos 50 hombres vestidos con uniformes militares ingresaron a la finca que se ubicaba en el kilómetro 569 de la ruta a El Naranjo, La Libertad, Petén.


Los hombres formaban parte del cártel de Los Zetas, quienes habrían llegado a la finca en al menos 12 vehículos de tipo agrícola. Con armas en mano obligaron a todos los trabajadores a reunirse en la casa patronal.

Les exigían que dijeran dónde estaba el dueño de la propiedad, Otto Salguero, a quien autoridades lo vincularon con actividades de narcotráfico. Los vecinos, en ese momento, creían que era ganadero.

Dónde estaba el patrón era un dato que al parecer los trabajadores desconocían. Al no recibir la información que exigían, el grupo armado los asesinó, uno por uno.

El escuadrón armado masacró esa madrugada a 27 campesinos, cuyos cadáveres amarrados de pies y manos fueron esparcidos por todo el terreno del inmueble, entre ellos 25 hombres y dos mujeres. Al siguiente día, cuando las autoridades llegaron, encontraron un cadáver completo, 26 decapitados y 23 cabezas, una de las cabezas al fondo del pozo que les proveía de agua.

Los criminales dejaron amenazas al dueño de la finca, escritas en las paredes con la sangre de las personas masacradas.
Pobladores dijeron que los campesinos asesinados eran trabajadores de la finca, originarios de Los Amates, Izabal.

Sobreviviente

El comando armado era dirigido por alguien a quien llamaban el Kaibil. Este perdonó la vida a una persona. Le dio instrucciones claras que era para que cuidara a los niños que estaban en la propiedad. El hombre dice que fue hasta las 5 horas de ese domingo cuando logró salir de la finca. Él reveló detalles de lo ocurrido a las autoridades.

Por este crimen fueron capturados y procesados los mexicanos José Luis Santiago Morales y Jorge Hernández Méndez, así como los guatemaltecos Hugo Álvaro Gómez, Élder Estuardo Morales Rodríguez, Luis Gustavo Adolfo Cal Roy, Ludwing Alberto Celada Galdámez, Daniel Josué Castillo Gaspar y German Icó Chej, pertenecientes al grupo Z200, dirigido por Mauricio Guisar Cárdenas.

Ludwin Alberto Celada Galdámez, asesinado el 5 de agosto de 2017 en Pavón,  fue sentenciado el 21 de febrero de 2014 por los delitos de asesinato,  plagio y secuestro a una condena de 114 años de prisión. El Tribunal de Mayor Riesgo también condenó por el mismo crimen a otras ocho personas con penas entre 106 y 114 años de prisión.

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