Guatemala

Linchamientos van a la baja

Zona metropolitana es la  que registra más casos. Poca presencia estatal sería factor de conflictividad social, señalan expertos.

Este año ha existido una diminución de los linchamientos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Este año ha existido una diminución de los linchamientos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Aunque estadísticas de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) reflejan este año un descenso en los linchamientos, la desconfianza de la población en el sistema de justicia es uno de los factores determinantes para que un grupo decida linchar o retener a una persona señalada de haber cometido un acto “inmoral” o ilícito.

Desde el 2011, los casos se han concentrado, en su mayoría, en los municipios y zona central de Guatemala, así como en  lugares como Huehuetenango y Alta Verapaz, según datos de la PDH.

El sociólogo Luis Fernando Mack considera que tres aspectos influyen para que ocurran linchamientos.

Primero, la desconfianza en la justicia y segundo,  la desinformación, pues muchos casos se dan por rumores contra  personas  señaladas de un hecho.

“El tercer factor son los  malos liderazgos en juntas de seguridad. Ha habido casos a causa de las estructuras paralelas”, afirmó el sociólogo.

Mack dijo que si se analizan los lugares donde ocurren los incidentes, la mayoría son rurales, en donde existió en forma directa conflicto armado y que además hay poca presencia del Estado por medio de seguridad y justicia, aunque no descartó que haya hechos influenciados por grupos de narcotráfico.

Sociedad enferma

La presidenta del Colegio de Psicólogos de Guatemala, Maritza Ochoa, opina que la sociedad se convierte en primitiva al buscar la justicia por cuenta propia.

“Por ejemplo, cuando un niño que ya caminaba regresa a gatear es porque pasó por un shock muy grande, y es lo que ocurre en los grupos sociales. Regresamos a momentos primitivos”, manifestó.

Ochoa considera que la población cree que las instituciones no son suficientemente fuertes y por eso no recurren a  procesos de justicia.

“La sociedad empieza a enfermar, ya no mide consecuencias. Tratamos de resolver inmediatamente y las emociones se salen de las manos”, señaló.

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