Guatemala

Marcados aún por el silencio

La reciente captura y audiencias judiciales contra 18 militares acusados de delitos de guerra enciende nuevamente el debate histórico e ideológico sobre el Conflicto Armado Interno que desangró a Guatemala por 36 años. Sin embargo, la polémica parece involucrar solo a ciertos sectores, en tanto que otro han tenido poco interés o poco acceso a datos del enfrentamiento, a lo cual se suma la falta de educación sobre el tema y hasta cierta reticencia a tocar este episodio.

Osamentas encontradas en Creompaz, Alta Verapaz. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Osamentas encontradas en Creompaz, Alta Verapaz. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Se efectuó un sondeo de opinión, en varias zonas de la capital, entrevistando al azar a personas entre 17 y 50 años; los más jóvenes prácticamente no conocen detalles del origen y agudización del conflicto, en tanto los mayores parecieran que aún prefieren callar.

Entre los argumentos que justificaron su ignorancia es que tenían otras prioridades, que nunca hubo alguien quien les explicara o simplemente evitaron ahondar más en el tema por temor. Algunos que confirmaron conocer a fondo detalles de la guerra, fue porque lo vivieron o sus familiares fueron afectados.

El sociólogo Alfredo Bedregal manifestó que la apatía de ese grupo se debe a tres factores: exilio interno, poca educación y la situación económica que tienen. “Cuando se habla de exilio interno, me refiero a aquellas personas que no representaron a ningún grupo, y optaron por no involucrase en el problema”, explicó Bedregal.

Agregó que estas personas tuvieron una actitud aislada, donde lo que se buscaba era salvar la vida y mantener la integridad. Además, dijo que es una tendencia que se erradicó hasta hace poco tiempo; “ejemplo de ello es la poca participación de los jóvenes en movimientos sociales (…) Hasta el año pasado se vio ese desborde”, expresó.

Edmundo Urrutia, también sociólogo, aseguró: “Soy docente de la universidad. Imparto clases a personas mayores de 30 años, y la mayoría dice que no tiene información del conflicto (…) A eso le agrego que antes, en los libros de texto, no se contaba sobre el tema”.

Otro de los factores es que el conflicto no afectó a todos los sectores por igual, sino a determinados grupos, principalmente sectores urbanos medios, e indígenas en provincia.

Para la historiadora Artemis Torres, el desconocimiento obedece a intenciones de grupos de poder, y a que la historia no se ha tratado como recuperación de la memoria.

“Lo que se ha hecho es una versión oficialista de esas interpretaciones, que no es historia”, aseveró.

Asimismo, señala que la historia se ha transmitido de manera fragmentada y que el hecho de que el conflicto armado no se ha tocado es porque parte de la población aún tiene miedo a la represión del pasado, aún y cuando solo la conozcan de oídas. “Para otros grupos sociales esto es grave y peligroso, porque no conocerán sus propias dinámicas; pero no por esos asuntos obscuros, esas antiguas cosas que ya sucedieron, sino por un pasado vivo que explique el presente y se proyecte hacia el futuro”, puntualizó la directora de la Escuela de Historia de la Usac.

“No sabía; lo leí en la prensa”

“Soy joven. Cuando pasó ese conflicto no había nacido. Uno se pone a pensar que si esa guerra afectó al país hace varios años, existe la posibilidad de que los problemas se den; y qué mejor que saber qué pasó para afrontar el problema. Por esa razón considero que sí es bueno que se imparta esa historia en las aulas”, dijo Brandon Castellanos, estudiante de diversificado, al preguntarle si conocía que en el país hubo un conflicto armado que duró 36 años, por el cual hay varios militares en juicio actualmente.

Paola López, menor de edad, manifestó que no conoce a profundidad el conflicto, que ni en la escuela ni en su núcleo familiar se habla; pero considera que desconocer qué pasó en la década de 1980 afecta a la población, porque en realidad esto podría ayudar a establecer las causas de la pobreza, la falta de empleo y problemas que el país arrastra.
“Sí nos afecta el no saber. Nos enseñan a no interesarnos en el pasado, a no preguntar más de lo que no debemos; pero siempre prestamos atención a otros temas sin relevancia (…) A veces encontramos gente que nos cuenta qué pasó en esa época”, añadió.

Jorge Gómez, 17, manifestó: “A mí lo que me preocupa es saber por qué en Guatemala, a diferencia de otros países, hay mucha violencia, y quiero saber si eso tiene que ver con la guerra que hubo”.
Agregó que sus hermanos mayores hablan de la guerra interna en las reuniones familiares; sin embargo, cuando desea investigar le dicen que no busque.

“Con lo que estoy de acuerdo es con que se juzgue a las personas que provocaron esos problemas en el país”, sentenció.

Entre indiferencia y  temor heredado

Generación Y, también conocida como Generación del Milenio —abarca a las personas nacidas en 1980—. En este grupo se entrevistó a la maestra Jaquelin Arreaga, de 28 años, quien aseguró entre risas desconocer el tema.

“No he escuchado hablar de ello, desconozco sobre eso. Creo que a veces se toca el tema en debates, pero realmente no se plantea una solución para nosotros, y para qué hablar de ello si ya pasó”, puntualizó mientras acariciaba a su hija.
Héctor Aquino, profesor de 34 años, dijo que supo de esa guerra interna cuando asesinaron a Juan José Gerardi. “En mi familia nunca se habla de eso. Recuerdo que la primera vez que lo escuché fue en los medios de comunicación. Tampoco en los libros de texto (…) Antes de eso no tenía conocimiento de nada”, declaró al tiempo de calificar el tema como tabú.

“Se sabe poco, no se habla de ese conflicto, solo que te lo pidan en la universidad; pero interés propio de conocer la historia, es difícil. El interés es más de los afectados (…), aunque como guatemaltecos nos debería interesar a todos por igual”, señaló.

Gabriel Bermúdez, administrador de empresas de 31 años, consideró que hay desconocimiento, que el tema no es visto con la importancia que debería tener. “Incluso ahora mismo la gente no sabe por qué están detenidos los militares. Hasta en la universidad me enteré; pero como dicen, muy por encima. Hay que leer la Patria del Criollo, y allí se empiezan a entender los saqueos y el interés del Ejército en apoderarse de las tierras”, aseguró.

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