Prensa Libre conversó con Barilli como parte de una serie de reportajes en video, que documentan las historias de quienes migran rumbo a Estados Unidos, en la era de Donald Trump.
Definir el tema de la migración es complicado. ¿Cómo nos resume este fenómeno?
Se debe entender el fenómeno migratorio en todo su contexto. Se debe pensar en la crisis sociopolítica y económica de cada país, pues con una política no se va a evitar la migración. Nada ni nadie va impedir el movimiento humano.
El tema del muro da vergüenza. Yo viví esto en Tijuana —México—, y decía: por más que suban los muros, los migrantes van a tener alas y tener uñas para hacer túneles para cruzar las fronteras.
No existe peor muro que el psicológico y político; el racismo y la discriminación también afectan.
En Centroamérica hemos vivido en los últimos dos años el tema de las extorsiones, secuestros y amenazas, aparte del tema económico, así que el muro no va a detener a los migrantes.
En los países existe un centralismo y solo se ve los migrantes deportados de los Estados Unidos, no vemos a los 75 mil guatemaltecos deportados durante el 2016 en Tecún Umán.
No estoy preocupado por Trump, estoy preocupado por las soluciones que deben buscar los países de Centroamérica para su gente.
Estados Unidos ya tiene el muro, y México es el otro muro. Para los migrantes es difícil cruzar el territorio mexicano.
La dificultad que encuentran los migrantes provoca un incremento del tráfico humano, que es la segunda fuente de ingresos después del narcotráfico.
Las políticas de Trump no van a detener a los migrantes. Estados Unidos necesita a los migrantes; no lo pueden negar. El migrante solo va a buscar trabajo.
¿Se registra un incremento de migrantes centroamericanos por el cambio de presidente en Estados Unidos?
Los números de deportados no cambian, no tiene variación.
Estados Unidos está deportando menos, pues México ha duplicado sus deportaciones en los dos últimos años.
México tiene un gran desafío. Si las relaciones se van a romper entre los dos países, México que abra las puertas para los migrantes, pero ese país apoya a Estados Unidos con sus actitudes, con la detención de la gente.
¿El gobierno guatemalteco se ha acercado a brindar alguna solución al tema de los deportados?
Tenemos la esperanza de que se den reuniones con autoridades de Gobierno para que realmente se vea y encuentren solución a los deportados desde México, por la situación de mujeres y menores.
El Gobierno de Guatemala no conoce lo que pasa en nuestras fronteras. ¿Para qué le vamos a decir a un migrante bienvenido, si no tiene ni un vaso de agua ni una llamada telefónica? El migrante ni siquiera tiene las posibilidades de transportarse a su lugar de origen.
¿Qué mensaje le envía a los migrantes?
Si los migrantes no tienen las condiciones para vivir, ellos escogen a dónde ir y migrar; es un derecho humano.
Podemos decir que el 95 por ciento de la migración es una migración forzada.
Si el migrante invierte en su viaje a Estados Unidos también puede optar por invertir en su país y vivir bien.
