Guatemala

El drama de dos guatemaltecos que huyen de la deportación en Estados Unidos

Han pasado dos meses, desde que una iglesia en Nueva York le abrió la puerta a una madre guatemalteca, gracias a la cual se ha evitado su deportación, mientras esta semana, otro padre guatemalteco se refugió en una iglesia de Massachusetts, porque también le llegó una orden de deportación. 

Amanda Morales Guerra, una madre guatemalteca que lleva dos meses de estar refugiada en una iglesia de Nueva York. (Foto Prensa Libre: Mundo Hispánico)

Amanda Morales Guerra, una madre guatemalteca que lleva dos meses de estar refugiada en una iglesia de Nueva York. (Foto Prensa Libre: Mundo Hispánico)

Ella es Amanda Morales Guerra, una mujer guatemalteca, madre de tres hijos, quien llegó en 2004 a Estados Unidos, con el único objetivo de mejorar la calidad de vida de su familia.


En 2012 le llegó la notificación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), por sus siglas en inglés, de la orden de deportación, pero ella cumplió con todas sus citas, hasta que el pasado 3 de agosto, en la última cita, le notificaron que debía abandonar el país, lo que fue visto como una muestra de las medidas migratorias, impulsadas por Donald Trump. 

Desde el 17 de agosto pasado vive en la iglesia Holyrood, en la comunidad de Washington Heights, Manhattan, Nueva York, la cual abrió sus puertas a Morales Guerra y sus tres hijos; Dulce de 9, Daniela de 8, y David de 2 años.

La iglesia se declaró un santuario para migrantes, para protegerlos de la deportación. Morales y sus hijos permanecen como refugiados, y aunque miembros de la congregación les ayudan en sus necesidades, no ha podido salir del lugar desde entonces.

“Tengo miedo de lo que pueda pasar, pero a la vez me siento segura acá en la iglesia al lado de mis hijos”, dijo Morales en agosto a la agencia AP.

Desde que iniciaron las redadas contra migrantes en Estados Unidos, han realizado diferentes protestas en rechazo de las medidas. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Apelación

Según declaraciones que Morales Guerra dio a El Diario, ICE no ha mostrado ningún interés en abrir su caso de deportación, cuya orden debía cumplirse antes del 31 de agosto. Si ICE no abre su caso, los abogados no pueden apelar la decisión, para buscar que se desista de la medida.

“Todo sigue igual. No hay ninguna novedad y los de ICE todavía no han mandado todavía una respuesta por escrito”, aseguró el padre Luis Barrios, párroco de la iglesia a El Diario.

Según la información de ese medio, las organizaciones pro migrantes, han solicitado a ICE que mande una respuesta por escrito, sobre la solicitud que se hace respecto al caso, porque en septiembre le habrían notificado a Morales Guerra, la negativa de reabrir el caso.

“Para nosotros es una responsabilidad estar en la lucha por Amanda y sus tres hijos, que representan los millones de personas indocumentadas en esta nación que necesitan un vehículo para normalizar su estatus migratorio y no vamos a descansar hasta que reabran el caso de Amanda para que ella y sus tres hijos, que pueden ser los doctores, abogados e ingenieros del futuro de esta nación puedan tener la vida que se merecen”, enfatizó Ydanis Rodríguez, concejal de la ciudad.

Morales Guerra dijo en agosto de este año, a la agencia AP, que salió de Guatemala huyendo de la violencia y la violencia, además contó que desde que llegó a Estados Unidos, había trabajado y cumplido con todas sus citas en ICE.

Otro caso

Se trata de un caso documentado por la agencia EFE, sobre un guatemalteco que vive en Massachusetts, quien se refugió en una iglesia en Amherst para no ser deportado.

La Primera Iglesia Congregacional informó en un comunicado que, Lucio Pérez, de 35 años, llegó el miércoles después de que ICE se negó a cancelar su orden de deportación.

Pérez llegó hace 20 años, proveniente de Guatemala, sin documentos migratorios y tiene tres hijos que nacieron en Estados Unidos.

La iglesia dijo que Pérez está esperando a que su caso sea adjudicado por la Junta de Apelación Migratoria y buscó un santuario con la idea de mantener a su familia unida mientras espera una decisión.

Los miembros de la congregación, adaptaron una sala de juntas como dormitorio para Pérez, y cuenta con un área para sentarse, un horno de microondas y un pequeño refrigerador. La iglesia indicó que Pérez trabaja de jardinero y no tiene antecedentes penales.

“Nuestras escrituras nos dicen que amemos a nuestros prójimos y que amemos y cuidemos a los extranjeros y las personas marginadas que viven en nuestro medio, como lo hace Dios”, dijo en una nota de prensa el reverendo Vicki Kemper, pastor de la congregación de la Iglesia Unida de Cristo.

Pérez es seguido por inmigración desde 2009, cuando fue arrestado después que, junto a su esposa, dejaran a sus hijos dentro del auto, mientras estaban en una cafetería.

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