Guatemala

FBI y grupos difieren sobre restos de migrantes

Rolando Arriaza ha visitado hospitales, morgues e incluso el escarpado terreno en el sur de Texas que su hermano caminó hace casi dos años tras cruzar ilegalmente a Estados Unidos, todo ello como parte de sus esfuerzos para encontrar los restos de su hermano y dar paz a la familia.

Estudiantes trabajan en la limpieza del esqueleto de un inmigrante que murió junto a la frontera EE. UU.-México, en el Laboratorio de Antropología Forense en San Maxcos, Texas. (Foto Prensa Libre: AP)

Estudiantes trabajan en la limpieza del esqueleto de un inmigrante que murió junto a la frontera EE. UU.-México, en el Laboratorio de Antropología Forense en San Maxcos, Texas. (Foto Prensa Libre: AP)

“Quiero saber si murió y encontrar el cuerpo”, dijo Arriaza, cuyo hermano Hugo, de 50 años, de Guatemala, desapareció en agosto del 2015 tras ser abandonado por un contrabandista cuando se enfermó.

Al igual que muchos familiares, Arriaza, de 45 años, ha presentado muestras de ADN para que pueda ser comparado con restos hallados junto a la frontera. Pero mientras que Arriaza, que vive en Filadelfia, le entregó sus muestras a las autoridades federales, muchos otros escogen un camino diferente que complica el potencial de identificación de los restos de sus seres queridos. Muchos familiares de inmigrantes desaparecidos que viven fuera de Estados Unidos o viven en el país pero temen acudir a las autoridades debido a su estatus de inmigración, optan en ligar de ello por darle sus muestra de ADN a organizaciones no gubernamentales que trabajan en el asunto.

Pero grupos de activistas dicen que a esos familiares se les niega acceso a una base de datos del FBI usada para resolver casos de personas desaparecidas, porque las agencias del orden no colectaron las muestras. Los grupos dicen que ese problema ha estado sin solución durante años, dejando sin uso una fuente valiosa de material genético que pudiera ayudar a resolver centenares de casos.

Para que se tenga una idea dela gravedad y la magnitud del problema, más de 2 mil 900 inmigrantes han muerto cruzando la frontera entre México y Texas desde 1998, de acuerdo con la Patrulla Fronteriza. Pero no está claro cuántos siguen sin ser identificados.

Desde el 2003, 22 de 879 casos de restos humanos no identificados enviados desde condados fronterizos en Texas al Centro para Identificación Humana de la Universidad del Norte de Texas han llevado a identificaciones. Pero el centro que trabaja con las agencias del orden en casos de personas desaparecidas advierte que no hay forma de decir con certeza absoluta si los restos identificados pertenecen a inmigrantes.

Un examen de reportes de la base de datos del Sistema Nacional de Personas Desaparecidas y No Identificadas muestra que más de 320 restos no identificados hallados junto a la frontera Texas-México desde el 2007 son probablemente de inmigrantes.

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