Guatemala

Bancadas se atrincheran y siguen en contubernio

Ni los gritos exigiendo la renuncia ni las críticas han logrado doblegar la alianza que han mantenido desde finales de octubre  del año pasado varias bancadas en el Congreso, las cuales se han escudado en la cantidad de votos que suman y que les ha permitido establecer la agenda legislativa, así como proteger al presidente Jimmy Morales.

Su primera acción fue la distribución y elección de la actual junta directiva del Congreso, que encabeza   Óscar Chinchilla.

Esta decisión estaba unificada a la aprobación y distribución del Presupuesto General de este año, así como al reparto de las comisiones de trabajo del Legislativo, y al nombramiento de representantes del Congreso ante instancias como el Registro Nacional de Personas, la Junta Monetaria y el Consejo Nacional del Migrante. Estas últimas dos no lograron finiquitarlas por acciones legales de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), la cual había guardado distancia.

Sin embargo, ahora se han convertido en los protectores del mandatario Morales, y fueron los impulsores de leyes que buscan la impunidad para los funcionarios y dignatarios que han sido señalados de actos corruptos.

Las cabezas

Aunque el primer año de la octava legislatura no fue el mejor para el partido de Gobierno, debido a que quedaron fuera de todos los espacios de dirección, en este lograron unir fuerzas con quienes hasta octubre del año pasado habían respaldado a la UNE.

Con sus 37 legisladores —70 por ciento tránsfugas—, el Frente de Convergencia Nacional (FNC-Nación) logró sumar 50 votos más, provenientes de su pacto con las bancadas Movimiento Reformador (MR), Todos, Alianza Ciudadana (AC) y Unión del Cambio Nacinal (UCN). Las primeras dos fueron aliadas de la UNE, pero la dejaron, debido a que ésta se negó a quitar a Mario Taracena de la presidencia del Congreso para este año.

Aunque el fraccionamiento de las bancadas ha sido evidente y ha impedido que avance la agenda legislativa, no fue así para defender al presidente Morales y  buscar leyes que garanticen la impunidad a funcionarios y diputados señalados de varios delitos.

Además, después de la aprobación de las reformas al Código Penal, con las que se dividió el delito de enriquecimiento electoral ilícito y se permitía la conmuta de las penas menores a 10 años, se evidenció que la mayoría de los diputados de las bancadas aliadas solo reciben órdenes de las iniciativas por las que votar, y a esto les han denomina “voto disciplinado”.

Pero ¿quiénes son los que negocian? Según diputados, el Congreso está siendo dirigido por Felipe Alejos, de Todos; Alejandra Carrillo y Jaime Regalado, del MR; Armando Escribá, de AC; y Javier Hernández, de FCN-Nación.

Sus reuniones las hacen afuera del Congreso y suelen llegar con acuerdos previos. En éstas también participa Julio Lainfiesta, de UCN.

A veces los acuerdos son acompañados por las bancadas Visión con Valores, Unionista y Compromiso, Renovación y Orden.

Alianza fallida

A esta alianza se había resistido la UNE y FCN-Nación no quería ningún acuerdo con ellos. Sin embargo, encontraron un  punto en común, luego de que el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala los señalara de financiamiento irregular durante la campaña del 2015.

Ricardo Barreno, politólogo del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos, recordó que estas bancadas se caracterizan por estar integradas por diputados que han sido señalados en actos de corrupción.

A criterio del experto, estos bloques buscan sentar un precedente que reduzca espacios al MP y a la Cicig y donde se evidencie que hay un grupo parlamentario que se resiste y choca con la institucionalidad judicial. “Es como un pulso técnico político donde se quiere cerrar filas a posibles investigaciones en su contra”, dijo Barreno.



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