Feligreses piden renuncia de párroco señalado de haber besado a mujer

Un grupo de feligreses participó la noche del martes último en una vigilia frente a la parroquia San Luis, en Salcajá, Quetzaltenango, para expresar su descontento contra el sacerdote Juan Antonio Molina, señalado en redes sociales de haber besado a una mujer en un restaurante la semana pasada. 

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Pancartas y veladoras fueron colocadas en el atrio de la parroquia de San Luis, en Salcajá, donde pobladores exigen renuncia del sacerdote Juan Antonio Molina. (Foto Prensa Libre: Carlos Ventura)
Pancartas y veladoras fueron colocadas en el atrio de la parroquia de San Luis, en Salcajá, donde pobladores exigen renuncia del sacerdote Juan Antonio Molina. (Foto Prensa Libre: Carlos Ventura)

Los devotos llevaron candelas, las cuales fueron colocadas en la puerta de la parroquia, así como moños y pancartas en las cuales pidieron la renuncia del guía religioso, de quien circularon fotografías de un supuesto encuentro con una mujer.  

Wendy Gramajo, vecina, manifestó que la vigilia es para exigir respeto a la feligresía y señaló que el párroco no los atiende.

“Pedimos la renuncia de Molina. Hay quejas de que no atiende cuando lo buscan, y no asiste a los sacramentos”, dijo Gramajo.

“Hay rumores de que lo han visto en una gasolinera ingiriendo bebidas alcohólicas, y en las publicaciones se puede observar que lo hace. No teníamos pruebas para denunciarlo, pero ahora lo hay y pedimos su renuncia”, agregó Gramajo.

“Lo que el señor hizo lo repudiamos y mostramos nuestro descontento contra la falta de servicio a la comunidad católica, así como las acciones inmorales, abusos y vejámenes del señor Molina, por lo que pedimos su renuncia”, dijo Alfredo Soto, otro feligrés.

La semana anterior, monseñor Mario Molina Palma, de la Arquidiócesis de Los Altos Quetzaltenango-Totonicapán, manifestó a el diario El Quetzalteco, que con base en la información que el párroco le ha proporcionado, se trata de un acto de “imprudencia e ingenuidad”.

Según los hechos que Molina contó a monseñor, la joven que lo acompañaba era una feligresa, a quien le daba seguimiento de discernimiento espiritual, y al finalizar, como manera de agradecimiento, ella lo invitó a almorzar. En la comida la joven le dijo que si podía darle un beso, a lo que él accedió, y fue cuando alguien los grabó.

Monseñor indicó que recibió un mensaje de una persona, en el que le decían que querían destruir al sacerdote. “Me enteré ayer de lo que sucedió, pero estoy reflexionando y debo consultar a mis asesores para tomar una decisión que no afecte a todos”, refirió el arzobispo.

Se trató de conocer la versión del sacerdote Juan Antonio Molina, pero no contestó las llamas telefónicas.