Guatemala

“Penitentes gateadores” recorren calles mantienen su tradición

Los penitentes gateadores de San Andrés Sajcabajá, Quiché,  salieron a las calles este Viernes Santo como parte de las actividades ancestrales que se mezclan con las tradiciones católicas.

Penitentes gateadores mantienen ancestral tradición en San Andrés Sajcabajá, Quiché. (Foto Prensa Libre: Óscar Figueroa)

Penitentes gateadores mantienen ancestral tradición en San Andrés Sajcabajá, Quiché. (Foto Prensa Libre: Óscar Figueroa)

Los penitentes gateadores, como se les conoce en la población, forman parte de una hermandad integrada por personas que pantalón corto blanco, llevan el torso desnudo, descalzos, con la cara cubierta, una corona de espinas ceñida a la cabeza y otra, atada a la espalda. Recorren gateando un trayecto de 1.5 kilómetros desde el centro de la población hasta la salida a Canillá.
“Para formar parte de esta tradición, que data de tiempos de la Colonia, los penitentes practican, desde que inicia la Cuaresma, abstinencia de todos los placeres carnales y todo aquello que les cause satisfacción.  Los que son casados, por ejemplo, se abstienen de todo contacto sexual con sus esposas para llegar puros en cuerpo y alma a la tarea del Viernes Santo”, explicó el alcalde Nery Quintana.
Ocho días antes del Viernes Santo, los gateadores se recluyen en un sitio en donde no tienen contacto con el exterior, no se alimentan, se mantienen en oración. Solo beben agua pura y aguardiente elaborado exclusivamente para esa ocasión.
“Los penitentes inician su recorrido en el interior del templo católico, donde visten la indumentaria que les caracteriza. Las personas que les acompañan usan colocan perrajes elaborados con lana de oveja en donde se desplazan, por momentos a gatas y en cuclillas, y detienen la marcha cada 50 metros, para rezar sus plegarias a Dios”, añadió Quintana.
El alcalde informó que la penitencia tiene como objetivo pedir perdón al Creador por los pecados que haya podido cometer en el último año, con lo que buscan redimirse e empezar un nuevo año con la misericordia divina.

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