La historia de Morán en la docencia empezó en 1998, cuando logró graduarse de maestro de educación primaria, en Mazatenango, Suchitepéquez.
Por ser estudiante destacado, el maestro fue beneficiado con una plaza presupuestada y luego de trabajar por 10 años en esa localidad, fue reubicado en la escuela de San Andrés Villa Seca, donde es admirado por vecinos.
El docente relató que a pesar de los problemas físicos que la enfermedad le dejó, ha podido desempeñarse de buena manera; además, agregó que siente satisfacción al ver a sus estudiantes cuando corren y juegan en la cancha del establecimiento educativo.
“A los 5 años fui víctima de la polio, la cual dañó mis dos piernas. Debo usar muletas por el resto de mi vida; sin embargo, eso no me detiene. Invito a los jóvenes a que no se detengan para alcanzar sus sueños, porque sí se puede lograr lo que uno se propone”, expresó Morán.
Admiración
Joel Morales, estudiante de sexto primaria, indicó que el profesor Morán ha sido un ejemplo para él y sus compañeros, ya que es uno de los docentes más responsables de la escuela y sus clases son motivadoras.
Aparte, la vecina de la referida comunidad, Lorena López, comentó que el maestro es una persona comprometida y que, como director siempre busca solucionar los problemas que afectan a los estudiantes.
Añadió que es una dicha que él esté a cargo de la escuela donde estudia su hijo, porque aparte de compartir sus conocimientos, también inculca valores a los estudiantes.
Esfuerzo
Los retos diarios que enfrenta el profesor Morán empiezan desde muy temprano, pues para llegar a la escuela donde trabaja, debe abordar dos autobuses y caminar unos 300 metros.
Debido a la distancia, el profesional sale de su casa a las 5 horas y, a pesar del esfuerzo físico que implica llegar al centro educativo, el maestro indica que lo hace con ilusión para que sus estudiantes se superen.
