Baja Verapaz

Ventas de licores propician violencia

El aumento descontrolado de ventas de licores propicia inseguridad y causa descontento entre vecinos de la provincia, principalmente en zonas turísticas de Sacatepéquez, Huehuetenango, Quetzaltenango, Santa Rosa y Petén.

Antigua Guatemala es afectada por el bullicio que causan los bares y discotecas, lo que quita la tranquilidad a vecinos y turistas.

Antigua Guatemala es afectada por el bullicio que causan los bares y discotecas, lo que quita la tranquilidad a vecinos y turistas.

Sergio Rodríguez, director interino de relaciones públicas de la municipalidad de Antigua Guatemala, Sacatepéquez, reconoció que el problema que causan estos negocios no es nuevo. Dijo que han puesto en marcha acciones para que “retorne la paz” a la ciudad colonial.

“Hace varios meses que se efectúan operativos para que se hagan valer los reglamentos municipales y la Ley Seca —que norma la venta y consumo de licor—. Queremos que la paz vuelva a una ciudad tan bella como Antigua”, afirmó.

En la cabecera de Huehuetenango, varios sectores se quejan por los escándalos, disparos al aire y riñas que ocurren como consecuencia de personas en estado de ebriedad, pues no hay control en la venta de bebidas alcohólicas.

Vecinos que pidieron no ser nombrados denunciaron que en ese municipio hay cantinas disfrazadas de cafeterías, y muchas veces funcionan como prostíbulos.

Jorge Morales, uno de los vecinos, señaló de preocupante que a una cuadra del parque haya negocios de ese tipo que operan con toda libertad. Añadió que las zonas más afectadas son la 1, 3, 4, 5 y 8.

“Los vecinos estamos cansados de los escándalos que estos negocios ocasionan. Hemos pedido la intervención de la municipalidad, pero no hacen nada al respecto”, dijo.

Érick Villatoro, auxiliar de la Procuraduría de los derechos Humanos en Huehuetenango, señaló que hace falta la supervisión de la comuna, porque varios negocios están autorizados como abarroterías, y venden licor.

“Es necesario que de manera legal y ordenada se proceda a verificar cada uno de los negocios”, agregó Villatoro.

Consultado al respecto, el gobernador de Huehuetenango, Hiram Martínez, dijo que el problema tienen raíces en otras administraciones, que involucra a exfuncionarios municipales y exgobernadores, quienes no verificaron los locales antes de extender los permisos.

Clubes nocturnos

La Ciudad de Quetzaltenango es un lugar que deslumbra por su belleza arquitectónica, pero está afectado por el bullicio y el desorden, según quejas de algunos habitantes.

El aumento de clubes nocturnos y el poco control en la venta de licores ha convertido la ciudad en un lugar inseguro, añadieron.

Un residente que pidió el anonimato dijo que estos negocios generan violencia y promueven el vicio en la juventud.

Luis Alberto de León Peña, de 18 años, fue herido el miércoles último en las afueras de un club nocturno, posteriormente falleció en el Hospital Regional de Occidente.

“Hay muchas quejas de los vecinos. Yo no entiendo por qué funcionan lugares que solo generan violencia y vicio”, opina Luis Grijalva, alcalde de Xelajú.

Trata de personas

En Santa Rosa y Petén también proliferan bares y discotecas que emiten bullicio que quita la tranquilidad de vecinos y propician la inseguridad. Muchos negocios que supuestamente son comedores, cafeterías y cebicherías, en realidad son ventas de licores.

Una calle de La Ermita, San Benito, Petén, es considerada zona roja, donde una veintena de comedores, bares y cantinas venden licores.

Esteban Cardona, líder religioso de Petén, manifestó que discotecas, cantinas, bares y otras negocios generan violencia.

“Recomendamos a los turistas abstenerse de ir a esa calle”, dijo Cardona.

  Quién autoriza

El Ministerio de Cultura y Deportes es el encargado de emitir  licencias para clubes  nocturnos.

En la autorización de cantinas y bares intervienen  entidades  como  los ministerios de Salud y Gobernación; además, el derecho de puerta lo otorgan las comunas, según Efraín Paredes, alcade de Sumpango, Sacatepéquez.

El artículo 45 de la Ley de Alcoholes prohíbe la venta de licores a menores, así como la simple concurrencia de estos a los expendios.

La misma norma prohíbe la instalación de ventas de bebidas alcohólicas  a menos de cien metros de escuelas  y de