Otro factor en la detección de más casos, según Montenegro, es el crecimiento demográfico, que es de 2.3 por ciento anual, por lo que las niñas que se suman cada año a la edad reproductiva incrementan las cifras.
Ayer, Plan Internacional y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia presentaron un informe sobre embarazos en niñas y adolescentes en seis países de la región.
Juan Quiñónez, de política social de la Unicef, señaló que Latinoamérica es la única región del mundo donde los embarazos en adolescentes permanecen o van al alza.
En la región, Guatemala ocupa el quinto lugar en la tasa de fecundidad adolescente y no se vislumbra una reducción en corto tiempo de la situación.
José Campang, gerente de Plan Internacional, solicitó al Congreso que se modifique el Código Civil, para impedir el matrimonio entre menores de 18 años, y pidió eguimiento al plan de prevención de embarazos en adolescentes durante el próximo gobierno.
Además se registraron siete muertes maternas en este grupo de personas.
Factores sociales
El informe de los citados organismos busca revelar los factores sociales y emocionales que influyen en que se den embarazos en niñas y adolescentes, por lo que en el país se efectuó un estudio en Jalapa y Campur, Cobán, Alta Verapaz.
Las diferencias entre ambos lugares van desde el inicio de la adolescencia —10 años en Campur y 13 en Jalapa— hasta la idea de las niñas y las adolescentes sobre lo que es el amor.
La comparación también permitió determinar que, mientras en Campur, donde la totalidad de la población es maya, los adolescentes se enfrentan a “la norma tradicional propia” de establecer matrimonios y embarazos a temprana edad, en Jalapa, donde la población es mestiza, las menores tienen una idea de maternidad y unión idealizadas, como de novela.