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Árbenz denuncia a conspiradores

El 21 de junio de 1952, Prensa Libre publicó en su portada una nota sobre la denuncia que hizo el presidente, Jacobo Árbenz Guzmán, sobre una supuesta red para derrocarlo.

El presidente Jacobo Árbenz Guzmán da un discurso al pueblo de Guatemala el 20 de junio de 1952 y denuncia una conspiración en contra del gobierno. (Foto: Hemeroteca PL)

El presidente Jacobo Árbenz Guzmán da un discurso al pueblo de Guatemala el 20 de junio de 1952 y denuncia una conspiración en contra del gobierno. (Foto: Hemeroteca PL)

El 20 de junio de ese año, Árbenz dirigió a la Nación un discurso radial en el cual alertaba sobre un posible complot orquestado por jefes de instituciones del Estado y en cuya dirección estaban miembros del Ejército.

En la nota hizo ver que temía por el orden constitucional.

En esa semana hubo varios atentados dinamiteros y con bombas contra viviendas particulares. Árbenz atribuyó al Ejército la desestabilización del país, y a los altos mandos de la institución castrense la posibilidad de haber recibido dinero a cambio de provocar inestabilidad.

Diversos sectores se pronunciaron entonces a favor y en contra del discurso de persecución que alimentaba Árbenz y que en forma constante trasladaba a la población.

En el mensaje a la Nación del 20 de junio, Árbenz dijo: “No ha de ser un secreto para muchos saber que la cadena de complots haya seguido ininterrumpidamente, aunque no se haya hecho público, porque el régimen democrático cuya fuerza proviene de la Revolución de Octubre, es tan firme que no ha creído necesario ni conveniente restringir los derechos constitucionales”.

Árbenz agregó en aquella oportunidad que “ríos” de dinero eran dirigidos a algunos miembros del Ejército, “con el propósito de tentarlos y ganarlos a su campo”, y que los oficiales y las clases del ejército nacional “han respondido con el más puro patriotismo y honor, rechazando la corrupción de quienes se lanzan a los caminos más tortuosos”.

Dictadura

En otro párrafo de su discurso, Árbenz señaló que eran los mismos de la dictadura, los atacantes del “comunismo” los que se levantaban para conspirar contra su régimen, y que se oponían al progreso de las clases sociales más desposeídas y menos favorecidas.

En su discurso, volvió a defender la Reforma Agraria como una forma de hacerle justicia a la mayoría de pobladores.

Para finalizar su discurso, dijo que la Reforma Agraria ya era ley, y que “la llevaría adelante “pese a todos los obstáculos hasta coronar victoriosamente la meta que se ha propuesto”.

En esa, como otras ocasiones, defendió el Decreto 900 como una manera de cambio radical de la realidad del país.

Hizo ver que había seguido una cadena de complots y que confiaba en el respaldo de industriales, el sector productivo y miembros leales del Ejército.

Árbenz dijo esto dos años antes de ser derrocado.

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