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“Protegerse y sobrevivir”: la espeluznante revista que preparaba a sus lectores para una guerra nuclear en la década de 1980

A principios de la década de 1980 existió en Reino Unido una revista bastante inusual.

La revista describía lo que sería el lúgubre mundo después de un holocausto nuclear. JAVIER HIRSCHFIELD

La revista describía lo que sería el lúgubre mundo después de un holocausto nuclear. JAVIER HIRSCHFIELD

Llamada “Protect & Survive Monthly” (cuya traducción aproximada al castellano sería: ‘Revista para protegerse y sobrevivir’) o “PSM”, la publicación buscaba enseñarle a la gente cómo sobrevivir a la casi impensable guerra nuclear.

“¿Cuántos ciudadanos sabrían qué hacer para proteger sus propias vidas y seres queridos?”, escribió el editor Colin Bruce Sibley en el primer número.

A la luz de las amenazas nucleares que han llegado de Estados Unidos y Corea del Norte en las últimas semanas, leer la revista en 2017 es una experiencia intrigante y escalofriante. Incluye temas como la construcción de refugios nucleares, el entierro de seres queridos, el canibalismo e incluso las dificultades de tratar con las manadas de ratas salvajes.

Aquellos que escribían en PSM y los que la leían, formaban parte de un movimiento de supervivencia que abogaba por la “defensa civil”. A principios de los años ochenta, las tensiones entre países con armas nucleares -en particular Estados Unidos y la Unión Soviética- eran extremadamente altas.

La familia del futuro

Los ejemplares de la revista, muchos de los cuales se conservan en la Biblioteca Británica de Londres, presentan un cuadro muy claro de lo que sus creadores pensaban que sería el futuro. En la portada de la primera edición, presentaban a una familia vestida con trajes de protección anti-nuclear y máscaras de gas, fuera de una casa de campo inglesa.

Otra edición mostraba a una madre feliz que cuidaba a su bebé – en un refugio contra la radiación atómica. Y otra más presentaba enormes misiles a punto de ser lanzados en alguna parte en medio de residuos nucleares. Los alrededores eran rojos y negros. En el horizonte, una nube en forma de hongo brillaba intensamente.

Una serie de la BBC examinaba también lo que sería el mundo después de una guerra atómica.

La sensación de que la guerra nuclear no era sólo una posibilidad, sino que era prácticamente inminente, está en todas partes en la revista. En la conclusión de ese primer editorial, el director de la revista escribía: “Si los refugios se construyen ahora y las técnicas de Defensa Civil se aprenden a fondo, las cifras de muertos pueden reducirse” – como si las bombas se esperasen en cualquier momento.

Y entonces, ¿qué había que hacer? Más que nada, había una obsesión por la adquisición o la construcción de un refugio nuclear para el hogar. Cada edición de PSM incluía muchos anuncios de empresas británicas e internacionales que ofrecían construir un refugio o enviar por correo uno que pudiera ser enterrado en el jardín y al que se podía acceder a través de una pequeña escotilla.
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PSM informó una vez sobre la estancia por dos semanas de una familia de la región británica de Cornualles en su propio refugio, aislados del mundo exterior, jugando el rol de lo que sería una vida nueva después de la aniquilación de la civilización.

Robert y Margaret Farmer, junto con su hija de 11 años de edad, Sarah, salieron triunfantes al final del experimento, que PSM describió como un “éxito completo“. Recordó, sin embargo, que “Sarah empezó a aburrirse un poco después del tercer día”.

Tu propio refugio

La revista también realizó un seguimiento de proyectos en todo el país para construir refugios. Se informó que un ganadero galés había gastado el equivalente a 60.000 libras esterlinas (US$78.000) en dinero de hoy en un refugio seguro para él y su familia. Su siguiente plan era construir un refugio para sus vacas.

Se presentaron muchas ideas ingeniosas: Tony Oldham, editor de la revista británica Caver, sugirió que una cueva en su pueblo podría convertirse en un refugio práctico. El agua limpia podría ser recogida a medida que goteaba de las estalactitas, explicó.

La revista comparaba las medidas de defensa civil adoptadas en otras naciones. JAVIER HIRSCHFELD

Donde quiera que los lectores planearan esconderse, su espacio seguro necesitaría ser abastecido con artículos útiles tales como herramientas, combustible, botiquines de primeros auxilios y contadores Geiger, aconsejaba PSM. Era deseable tener el equivalente a un mes de provisiones de alimentos.

También era importante adquirir trajes de protección con máscaras de gas que podrían reducir la contaminación de las partículas radiactivas en el medio ambiente después de una detonación nuclear.

La revista hacía referencias frecuentes a los procedimientos de protección civil que se habían establecido en otros países, entre ellos la Unión Soviética, Suecia y Suiza. PSM expresaba una envidia particular por los suizos, el 90% de los cuales tenía “acceso inmediato” a un refugio.

Verdadera amenaza

Aunque a algunos les parezca hoy que podrían estar exagerando sus preocupaciones, documentos recientemente desclasificados sugieren que una guerra nuclear a gran escala estuvo más cerca de ocurrir en ese momento que en cualquier otro.

“Fue un momento de verdadera amenaza”, explica John Preston, de la Universidad del Este de Londres, en Inglaterra, quien estudió las publicaciones de defensa civil de los años ochenta. “Las superpotencias estaban muy activas”.

Había instrucciones sobre cómo armar un refugio nuclear casero. JAVIER HIRSCHFELD

“La gente estaba consciente y preocupada por la amenaza de una guerra nuclear, todas las encuestas de opinión muestran que la gente pensaba que era una posibilidad real”, añade.

Aunque en el mundo hay muchas menos armas nucleares que hace 30 años, varios países las poseen. Ciertamente existen suficientes para destruir el planeta, así que siguen siendo una causa continua de incertidumbre existencial para la raza humana.

Pero había una tensión inherente en PSM y otras publicaciones como ésta. Por un lado, se instaba constantemente a los lectores a ser optimistas sobre sus posibilidades de supervivencia, si se preparaban adecuadamente. Sin embargo, ese optimismo se veía opacado por la sombría realidad del apocalipsis nuclear, a menudo descrito en detalle.

Manadas de ratas

“Puede ser necesario preparar defensas contra las atenciones no deseadas de sus vecinos”, decía un artículo, antes de describir el proceso de obtención de una licencia británica de armas de fuego.

Otro artículo, sobre cómo manejar las provisiones de alimentos, señalaba que un mes después de buscar refugio, la escasez se haría evidente. Pero eso sería un problema secundario ya que “el mantenimiento del orden público, el entierro de los muertos, etc … casi seguramente tendrán prioridad”.

Por si el hambre y la putrefacción de los cadáveres de los miembros de la familia no fuesen lo suficientemente angustiantes, la revista también se obsesionaba con la amenaza que supondrían los animales salvajes.

“Una rata herida puede ser muy peligrosa y puede atacar mientras usted está tratando de recargar el arma”, explicaba un artículo. “Si es necesario enfrentarse a una manada de ratas, puede necesitar ayuda”.

Sobrevivir en un mundo contaminado iba a ser uno de los problemas de la vida post-guerra. JAVIER HIRSCHFELD

Un vicario de la iglesia anglicana también escribió para la revista al menos una vez. En su artículo reflexionó lo siguiente: “Nuestro tabú actual contra el canibalismo puede desaparecer”.

“Hay una mezcla de optimismo y pesimismo en el discurso de la supervivencia”, dice Preston. “En los desastres y las emergencias, la gente tiene el instinto de sobrevivir”. Pero esto se ve moderado por el altruismo humano: “No importa lo mal que estén las cosas, incluso en las peores guerras, hemos visto gente que quiere ayudar a la gente”.

Preston reconoce que pocos partidos políticos están dispuestos a apoyar hoy la discusión sobre el desastre y la guerra nuclear, ya que las consecuencias políticas serían “horribles”.

Pero algunas naciones tienen información disponible. El gobierno estadounidense publica información básica sobre cómo sobrevivir a un ataque nuclear a través del Departamento de Seguridad Nacional, en su sitio web Ready.gov.

Puede que la revista PSM se haya dejado de publicar hace muchos años, pero lamentablemente la amenaza de la guerra nuclear sigue viva.

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