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1971: fallece el ex presidente Árbenz en México

Fue noticia un día como hoy 27 de enero de 1971 la muerte del ex presidente coronel Jacobo Árbenz Guzmán, acaecido en la Ciudad de México.

Nota periodística de Prensa Libre del 28 de enero de 1971. (Foto: Hemeroteca PL)

Nota periodística de Prensa Libre del 28 de enero de 1971. (Foto: Hemeroteca PL)

En la edición de Prensa Libre del día 28 de enero de ese año se dió a conocer la noticia de la muerte del ex mandatario quien hasta esa fecha se encontraba exiliado desde el año 1954, fecha en que fue derrocado por las hordas anticomunistas.

La nota periodistica indicaba que según informaciones de última hora procedentes del vecino país, Árbenz había muerto quemado en la bañera de su residencia en las primeras horas del día 27 de enero. La servidumbre al notar que no salía del baño, pidió auxilio a la policía. Las fuerzas de seguridad ingresaron al cuarto de baño a la fuerza y encontraron al ex presidente muerto en la bañera.

Su cuerpo presentaba múltiples quemaduras que le causó el agua caliente de la bañera ya que el agua seguía fluyendo y posiblemente había perdido el conocimiento y sufrió un infarto. Leonora, hija del ex mandatario acudió inmediatamente a la residencia y reconoció el cadáver de su padre en la residencia ubicada en la colonia “Satélite” del distrito federal de la ciudad de México.

Al conocerse la noticia, el gobierno, presidido en esa época por el coronel Carlos Arana Osorio, a través de un comunicado informó a la ciudadanía de la muerte del ex gobernante y a la vez expresó su disposición para que los restos de Árbenz fueran repatriados y poder rendirle los honores póstumos correspondientes a su investidura de ex presidente.

Resultaron curiosas las declaraciones del lider del Movimiento de Liberación Nacional, heredero del movimiento paramilitar que derrocó a Árbenz, Mario Sandoval Alarcón, quien en ese momento era el presidente del Congreso, expresó su pena porque Árbenz haya muerto fuera de su patria. “Lamento que el expresidente Jacobo Árbenz, haya muerto en el exilio. A pesar de que fui una de las víctimas de su gobierno, lamento que haya muerto en esas condiciones”, indicó Sandoval Alarcón.

Última voluntad

La viuda de Árbenz, María Cristina Vilanova, expresó que el difunto coronel le había manifestado su deseo de ser enterrado en el panteón familiar de El Salvador. La señora Vilanova indicó que agradecía la intención del gobierno de Arana Osorio de rendir los honores póstumos al ex presidente, pero su deber era el de cumplir su última voluntad.

En una sencilla ceremonia fue inhumado el ex presidente Árbenz el 30 de enero de 1971 en el cementerio de San Salvador, El Salvador, según su deseo. Al acto acudieron sus parientes más cercanos.

La nota periodística indicaba: “Los restos de Árbenz llegaron al aeropuerto de Ilopango a las once y media de la mañana en uno de los aviones comerciales de TACA, fueron descargados en la aduana aérea, lejos de la vista del público. Luego fueron trasladados a una funeraria local y por la tarde sepultados en el cementerio general de San Salvador”.

Doña María Cristina Vilanova de Árbenz, la otrora primera dama de Guatemala, su hijo Jacobo Árbenz Vilanova, doña Octavia Guzmán viuda de Árbenz, madre del fallecido y otros familiares rodearon el féretro en sus últimos momentos. Luego del sepelio la viudad de Árbenz entregó un comunicado en el que expresó que “él se me adelantó en el viaje y que se haga la voluntad de Dios”.

Vida en el exilio

El historiador uruguayo Roberto García Ferreira dió a conocer hace algunos años, detalles de la vida de Árbenz en el exilio, la cual no fue fácil para él y su familia.

Luego de haber sido derrocado el 27 de junio de 1954, permaneció durante 73 días en la embajada de México como asilado político. Luego salió al exilio el 9 de septiembre de 1954 junto a su esposa y varios funcionarios de su gobierno. Su salida del país fue tortuosa ya que se le humilló y acusó de llevar millones de quetzales del erario público.

Al encontrarse Árbenz en el exilio fue víctima de una campaña de difamación por parte de la agencia norteamericana CIA, de acuerdo con Ferreira, ya que su interés era mostrarlo como un “dictador rojo, malversador de fondos, bebedor, depresivo y cobarde”. Dichas operaciones fueron realizadas en varios países en los que Árbenz podía asilarse. Problemas familiares y el fallecimiento de una de sus hijas detonaron dolencias en su salud que le llevaron a una muerte en solitario en México.

Legado y retorno al terruño

El debate ideológico sobre las verdaderas intenciones de Árbenz con las reformas implantadas durante su gobierno permanecen. Según sus discursos el objetivo principal de su gobierno era “iniciar el camino del desarrollo económico de Guatemala a través de tres objetivos fundamentales: convertir al país de una nación dependiente y de economía semicolonial a un país económicamente independiente; convertir a Guatemala, de un país atrasado y de economía feudal a un país moderno y capitalista, y a hacer porque esta transformación se lleve a cabo para que el pueblo tenga una mayor elevación de su nivel de vida”.

Su discurso y reformas como la Ley de Reforma Agraria fueron tachadas de comunistas, tanto por Estados Unidos como por políticos de la extrema derecha. Funcionarios norteamericanos como John y Allen Dulles de la secretaría de Estado y dirección de la CIA tenían acciones de la United Fruit Company, empresa que mantenía el monopolio de la red ferroviaria, muelles, puertos y plantaciones de bananeras en el país. Con las reformas sus intereses se veían afectados. Esto motivó a la ejecución de un plan para derrocarlo.

Durante mucho tiempo el legado de Árbenz fue ninguneado, por algunos factores como la influencia de los gobiernos militares y la falta de libertad política durante las décadas siguientes, aunado al conflicto armado interno en el que se enfrentaron las facciones radicales de la izquierda y la derecha que dejó miles de civiles muertos.

Casi al final del conflicto armado y en un ambiente de relativa paz, ya que Guatemala se recuperaba de los estragos del golpe de Estado provocado por Serrano en 1993, los restos del coronel Árbenz regresaban al país el 19 de octubre de 1995 en medio del júbilo popular.

Cuando se supo la noticia de la repatriación de los restos de Árbenz a Guatemala, el MLN a través de su lider Mario Sandoval Alarcón, fue el primero en oponerse a la decisión del presidente Ramiro de León Carpio de sepultar los restos del ex presidente en su tierra. Esto no fue motivo para evitar darle un homenaje póstumo al “soldado del pueblo” como afectivamente se le llama al coronel Árbenz. Desde dicha fecha de 1995, descansa en un particular mausoleo en forma de llama de 3 puntas en la entrada del Cementerio General de la capital.

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