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Diferencias por la Carta Magna de 1965

Diputados del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), se ausentaron de la sesión plenaria del 10 de junio de 1965, en la cual se discutía sobre la promulgación de la nueva Constitución.

Diputados del MLN retrasaron la aprobación de la Carta Magna de 1965. (Foto: Hemeroteca PL)

Diputados del MLN retrasaron la aprobación de la Carta Magna de 1965. (Foto: Hemeroteca PL)

El diputado Mario Sandoval Alarcón, junto a los demás diputados de su bancada, luego de abandonar la sesión parlamentaria, bajaron a la cafetería, y posteriormente entre risas y bromas volvieron al hemiciclo.

Diputados fijan fecha

Tras la ausencia de los representantes del MLN, los demás representantes de la Patria fijaron que el 15 de septiembre de 1965 sería la fecha para entregar y publicar la Constitución de la República de Guatemala.

En esa sesión fue rechazada una moción del diputado Lionel López Rivera, apoyada por todo el bloque del MLN, tendiente a las fechas para el retorno a la constitucionalidad.

Los emelenistas habían obtenido una brillante victoria al forzar con sus 14 diputados a la asamblea, por lo cual estos legisladores que se oponían para la publicación de la Constitución fueron acusados de desleales por otros legisladores.

Diferencia entre el MLN y el PID

Héctor Menéndez de la Riva, secretario general del Partido Institucional Democratico (PID) y segundo vicepresidente de la asamblea, pidió la palabra para aclarar las informaciones de prensa con motivo del incidente provocado por el MLN.

El PID afirmó estar totalmente de acuerdo con la fijación de fechas, a fin de que volviera la tranquilidad a la ciudadanía.

El 15 de septiembre de aquel año se debía promulgar la constitución para, luego, en octubre, a más tardar, convocar a elecciones generales, que tendrían que efectuarse a más tardar seis meses después, en febrero o marzo de 1966.

Posteriormente, el 1 de junio de 1966 se instalaría el Congreso de la República, y el 1 de julio tomaría posesión el nuevo presidente y vicepresidente electos en el proceso electoral, y tendría que juramentarse a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

Menéndez de la Riva expresó en aquel entonces que su partido estaba totalmente de acuerdo con el retorno a la institucionalidad y que el gobierno militar había encomendado a la asamblea fijar el orden del proceso electoral.

Agregó que este proceso indudablemente encontraría la oposición de los sectores extremistas, pero que la reinstalación del régimen constitucional iba a ser de gran beneficio para los guatemaltecos.

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