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La primera piedra de la Catedral Metropolitana

El 25 de julio de 1782, día del Apóstol Santiago, se colocó la primera piedra de la Catedral Metropolitana. Este edificio, construido al estilo neoclásico, es patrimonio histórico y artístico de Guatemala

Catedral Metropolitana antes de 1917 aparece con su cúpula original. (Foto: Hemeroteca PL)

Catedral Metropolitana antes de 1917 aparece con su cúpula original. (Foto: Hemeroteca PL)

En 1773 Guatemala sufrió una serie de terremotos que dejaron en ruinas a la ciudad de Santiago de los Caballeros, hoy Antigua Guatemala, por lo que las autoridades decidieron el traslado al Valle de la Ermita, donde se encuentra actualmente.

A finales de 1777, el arzobispo Cortés y Larraz recibió la orden de trasladar la Catedral a la nueva ciudad en un plazo de dos meses.

Sin embargo, fue hasta noviembre de 1779 que el arzobispo Cayetano Francos y Monroy bendijo un rancho que se encontraba a un costado del terreno en el que se construiría la nueva catedral, justo donde ahora se ubica el Mercado Central. Ahí estuvo durante 10 años.

“Sin embargo esta iglesia provisional comenzó a flaquear antes que se concluyese a formal, por lo que fue necesaria una segunda provisional. Para esto se eligió la iglesia del Beaterio de Santa Rosa, a donde se pasó la catedral el 7 de junio de 1787”, cuenta el historiador Domingo Juarros. Esta iglesia aún existe, en la 10ª avenida y 8ª calle , zona 1.

El arquitecto Luis Díez de Navarro fue el primero en diseñar los planos de la nueva plaza mayor, donde sería integrada la Catedral, pero como no estuvo de acuerdo con efectuar los cambios que le habían ordenado fue destituido por el arquitecto mayor, Marcos Ibáñez, a quien le autorizaron los planos en 1779, pero que llegaron de España a Guatemala hasta 1780.

En enero de 1781 comenzaron los trabajos de nivelación del terreno y almacenamiento de materiales. Se colocó la primera piedra el 25 de julio de 1782, día de Santiago Apóstol.

Ibáñez efectuó los trabajos de alcantarillado en varias direcciones para entroncar los túneles de desagüe con los que se encontraban ya en la ciudad. Estos fueron construidos al estilo de las grandes ciudades de Europa, lo cual dio lugar a leyendas como la de un conducto que la comunicaba con el Palacio Nacional y otras iglesias.

Lo que sucede, según parece, es que los drenajes estaban construidos de ladrillo y su luz era tan amplia que parecían pasillos. Según Carlos Bautista, administrador de la Catedral, probablemente sí existieron esos túneles, pero hace años que están clausurados.

En 1783 se comenzó la construcción de las criptas, las cuales serían inauguradas en 1796 con el funeral del canónigo Antonio Alonso Cortés.

Marcos Ibáñez abandonó la obra por motivos de salud y quedó a cargo del constructor Antonio Bernasconi, quien murió después de dos años de trabajo. Otros siete nombres intervendrían en la historia del templo.

El 15 de marzo de 1815 comenzaron los actos de estreno, con la procesión de la imagen de Nuestra Señora del Socorro, que fue colocada en el altar de la capilla donde aún permanece. Al día siguiente, el arzobispo Fray Ramón Casaus y Torres bendijo la Catedral en solemne ceremonia aunque aún no estaban terminadas las torres ni la fachada, que sería concluida hasta marzo de 1867, cuando fueron colocadas las esculturas de los cuatro evangelistas, sobre cuatro columnas, en el atrio.

Un terremoto azotó de nuevo Guatemala el 25 de diciembre de 1917 y la Catedral sufrió graves daños. Las torres quedaron destruidas. La cúpula cayó y destrozó el altar de mármol que se había importado de París.

En agosto de 1918 se encargó la reconstrucción del edificio al ingeniero Guido Albani, quien colocó amarres a la entrada principal y empresas privadas colaboraron con el costo de los arreglos. En 1924 quedaron reparadas las bóvedas y la nueva cúpula. Sin embargo, meses después el ingeniero Albani recibió un balazo en la espalda y quedó paralítico.

El 4 de febrero de 1976, otro terremoto golpeó al país, pero afortunadamente la Catedral no sufrió mayores daños y en mayo del mismo año reabrió sus puertas.

Actualmente, la Catedral posee una gran riqueza de esculturas y pinturas, como los 14 óleos del siglo XVII colocados en las columnas, atribuidos a Pedro Ramírez.

Atrás del altar mayor está el coro de los canónigos donde luce el facistol tallado en piedras preciosas, con incrustaciones de concha nácar. Al fondo de la nave central se observaban tres obras del pintor quetzalteco Humberto Garavito. Una réplica del Cristo de Esquipulas, que era portada por el Ejército de Liberación, en 1954, también es venerada en este lugar.

El 11 de noviembre de 1968, la Catedral fue incluida en la lista de monumentos históricos y artísticos, del período hispánico, por el doctor Carlos Martínez Durán, ministro de Educación en esa época.

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