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1995: homicida se lanza a jaula del Zoológico la Aurora

El 30 de agosto de 1995 se conocía el insólito caso de un hombre que se lanzó a la jaula de los jaguares del Zoológico La Aurora luego de confesar el haber asesinado a una persona.

El homicida confeso de Dora Alejandra Monterroso Illescas, de 20 años, quien murió a causa de un balazo, días atrás, en una tienda de departamentos de un centro comercial del Boulevard Los Próceres, zona 10, murió a causa de heridas de gravedad en el Centro Uno del IGSS. 

El hombre fue identificado como Paco René Cazanga Ronquillo, de 32 años y escribió una carta dirigida al director de la Policía Nacional, PN, en la que reconoce la autoría de la muerte de la señorita Monterroso Illescas y afirma que ocurrió en forma accidental.

Señor Director, yo Paco René Cazanga, asesiné a la señorita del almacén (….) pero fue un accidente, no fue mi intención matarla. Lo que yo quería era venderle esta arma para que se defendiera de la delincuencia, pregúntele a Marina, pero, sin percatar el peligro, se me escapó el tiro, iniciaba la misiva manuscrita, dirigida al director de la PN, Angel Conte Cojulún.

Seguidamente le di auxilio, continúa, pero fue certero el balazo, no lo hice con mala intención, por eso me suicido, no culpen a nadie más por esto, yo me identifico como Paco René Cazanga Ronquilo, cédula A-1 651273.

Cazanga Ronquillo, homicida confeso dejó una carta dirigida al director de la Policía Nacional donde da a conocer su delito. (Foto: Hemeroteca PL)
Testimonio

La nota fue leída a los reporteros por el director del zoológico, Walter Bolaños. Eswin Ají, 22 años, quien pintaba una caseta de helados cercana a la jaula en el momento del hecho, describió que cerca de las 15 horas vio llegar a Cazanga hasta la barra de la jaula, a la que se encaramó y gritó: Dios mío, ayúdamen, perdóname, no lo quise hacer. 

Seguidamente, con un objeto punzante, relató Ají, Cazanga se hizo varias heridas y luego se lanzó a la jaula, de unos cinco metros de profundidad. Los cinco jaguares que se encuentran en la jaula lo atacaron al momento de caer.

Carlos René Mohr, bombero que participó en el rescate, dijo que para ahuyentar a los felinos los socorristas tuvieron que auxiliarse con extinguidores C-02, hasta que lograron rescatar a Cazanga y llevarlo al Centro Uno del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, a bordo de la unidad R-33.

Mohr dijo que Cazanga presentaba heridas desgarrantes y punzantes causadas por las mordeduras de los jaguares en brazos y piernas, aparte de que le habían logrado arrancar parte del cuero cabelludo.

En el centro hospitalario indicaron que el estado del paciente era grave y que la magnitud de las heridas causadas por los animales y las que se hiciera Cazanga antes de lanzarse al fondo de la jaula, eran consideradas complicadas y fue imposible salvarle la vida. 

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