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1991: el principio del fin de la Unión Soviética

En un día como hoy 19 de agosto de 1991, un movimiento conservador intenta separar del poder a Mijail Gorbachov, lider de la Unión Soviética. Este hecho se considera el principio del fin del régimen comunista ruso.

El mundo siguió de cerca todo el proceso. Desde mediados de la década de 1980, la Unión Soviética había sufrido cambios trascendentales; una de las potencias mundiales veía disminuir su poder drásticamente, se desmoronaba.

A finales de 1991 varias de sus repúblicas había declarado la independencia, no había vuelta atrás. Los cambios llegaron en 1985 cuando Mijail Gorbachov, el hombre con un singular lunar en la frente, fue nombrado Secretario General del Partido Comunista.

El nuevo líder del Kremlin se enfrentaba a una situación difícil tras largos años de estancamiento, con una economía al borde de la bancarrota y una sociedad cada vez más escéptica.

“Su ambicioso proyecto perestroika (reconstrucción), glasnost (transparencia) y demokratizatsiya (democratización) entrañaba el aumento de la autonomía y la responsabilidad legal y financiera de las empresas estatales, la relajación de las restricciones sobre las pequeñas cooperativas y empresas privadas, la libertad de expresión, el socialismo plural y el cumplimiento de la ley”, anota la enciclopedia El mundo del siglo veinte. Era un intento casi desesperado de infundir vigor a un sistema que, en ansias de ser potencia mundial, agotó sus recursos.

Pero a la poderosa burocracia y los intereses creados que se habían establecido durante décadas no les interesaban los cambios ni la apertura que proponía Gorbachov. Se opusieron. El resultado fue una fuerte crisis económica y una situación cada vez más caótica. El pueblo respondió con huelgas obreras y movimientos separatistas que hicieron temblar a la enorme potencia.

El 8 de diciembre de 1987 sucedió algo que años antes hubiera sido imposible imaginar: la URSS y Estados Unidos firmaron un tratado para eliminar las armas nucleares de medio alcance en Europa. La Guerra Fría llegaba a su fin.

En junio de 1991, Boris Yeltsin fue electo presidente ejecutivo de la federación rusa.

Un intento de golpe de Estado en agosto de 1991 por grupos comunistas conservadores precipitó el fin del régimen. Para entonces, otros países del bloque comunista habían hecho lo suyo. Polonia, Hungría y la República Democrática de Alemania buscaron la democratización.

Aires de independencia

“El movimiento centrífugo se inició en las repúblicas bálticas, que durante el otoño de 1989 dejaron clara su intención de romper los lazos con un estado al que se habían unido como víctimas del Pacto que firmaron (Viacheslav) Molotov y (Joachim) Von Ribbentrop, en 1939”, anota el libro Historia del Siglo XX. Fue un pactó de no-agresión entre la Alemania nazi anticomunista y Rusia comunista.

Lituania declaró su independencia y sentó un precedente para las demás repúblicas. Pero fueron las reformas impulsadas por Yeltsin las que desencadenaron la desintegración del bloque.

Después de que los ucranianos votaron a favor de su independencia a principios de diciembre, los líderes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron la denominada Declaración de Belovezhskaya Pusha en que las repúblicas eslavas abandonaban la URSS y formaban una Confederación o Comunidad de Estados Independientes. El 21 de diciembre, Estonia, Letonia, Lituania y Moldavia hicieron lo mismo.

La URSS se había fraccionado en 15 repúblicas. Doce de ellas integraron la Comunidad de Estados Independientes. Desde entonces, las repúblicas que integran esta organización supranacional han firmado acuerdos de cooperación económica, defensa y relaciones internacionales. Algunas forman parte de la Unión Europea. Sin embargo, la Confederación no tiene el peso político que en su momento alcanzó la Unión Soviética.

Rusia es ahora una nueva nación en la escena internacional. Mantiene el puesto permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el control del armamento nuclear soviético y las embajadas.

De esa manera llegó a su fin a lo que buena parte del siglo XX fue una potencia mundial.

Las repúblicas

Con la disolución de la URSS, el Mapamundi también cambió, pues incluyó a 15 nuevos países.

  • Rusia, o Federación Rusa, es el país más extenso del mundo, abarca parte de Europa y Asia. Como sucesor principal de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas sigue siendo influyente, en particular en la Comunidad de Estados Independientes integrada por otros estados de la antigua Unión soviética.
  • Letonia, Estonia y Lituania se sitúan en Europa y forman parte de la Unión Europea.
  • Bielorrusia o Belarús, era la antigua Rusia Blanca.
  • Ucrania se ubica en Europa, es el segundo país más grande del continente.
  • Moldova, también llamada Moldavia, limita con Rumania y Ucrania.
  • Georgia, se ubica en la costa del Mar Negro.
  • Armenia, está localizada al sur de las montañas del Cáucaso.
  • Azerbayán o Azerbaiyán se ubica en el Cáucaso al borde del Mar Caspio.
  • Kazajstán, Kazajistán o Kazakstán. Es el noveno país más grande del mundo.
  • Kirguistán, también llamado Kirguizistán o Kirguisia, tiene frontera con la República Popular China.
  • Uzbekistán, Tayikistán y Turkmenistán se sitúan en Asia Central.

Poder de 60 años

La URSS o Unión Soviética fue un Estado socialista que abarcó parte de los continentes europeo y asiático. Surgió después de la guerra civil que siguió a la Revolución Rusa.

El 30 de diciembre de 1922, el congreso de los soviets, reunido en Moscú, creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Con esto adoptó un nuevo marco jurídico que involucraba a Ucrania, Rusia blanca, Georgia, Armenia y el Azerbaiján que hasta ese momento estaban unidos por simples tratados bilaterales.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el oeste de Ucrania y Bielorrusia, Moldavia y los países bálticos cayeron bajo el dominio de Rusia. La enciclopedia El mundo del Siglo Veinte registra que esto dio un renovado vigor al régimen soviético y le dio una nueva legitimidad que le permitió perpetuarse hasta 1985.

Para 1990, formaban parte de la Unión 15 repúblicas, de las cuales Rusia era la más grande y desde donde se ejercía el poder político y económico. Cada una de ellas tenía su propio Partido Comunista, así como bandera y escudo que invariablemente llevaban una hoz y martillo, símbolo del comunismo.

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