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Monumentos: ¿loor a los dictadores?

En el año 2010 la inauguración de un viaducto y bautizarlo con el nombre del ex presidente Jorge Ubico generó un debate sobre la conveniencia de exaltar la memoria de presidentes despóticos. Aunque no era la primera obra dedicada a este tipo de personajes. 

Monumento a Justo Rufino Barrios en la 18 calle y 9a. avenida zona 1. (Foto: Hemeroteca PL)

Monumento a Justo Rufino Barrios en la 18 calle y 9a. avenida zona 1. (Foto: Hemeroteca PL)

Sin embargo, la ciudad está poblada por otros monumentos dedicados también a presidentes que prolongaron su estadía en el poder… o lo intentaron.

“Es triste ver cómo en el mundo caen estatuas por doquier, dedicadas a dictadores, y aquí se dedican construcciones a estas personas”, opina el historiador Horacio Cabezas.

Uno de los personajes más controversiales y con más monumentos dedicados a su imagen es el presidente Justo Rufino Barrios, gobernante de Guatemala desde 1873 hasta su muerte violenta, en 1885, y que fue exaltado por los subsiguientes gobiernos liberales. “Le llaman el Reformador, porque introdujo el ferrocarril y emprendió una serie de cambios; pero también podríamos cuestionar su gobierno, porque hubo una gran opresión hacia la comunidad indígena”, explica el historiador Miguel Álvarez Arévalo.

Viaducto ubicado en las zonas 9 y 13 que fue bautizado por la municipalidad capitalina en honor a Jorge Ubico. (Foto: Hemeroteca PL)

Además de su estatua en la Plaza Barrios, en la 18 calle de la zona 1, se pueden encontrar monumentos dedicados a su memoria en el parque Centroamérica y en la plazuela El Calvario, de Quetzaltenango; asimismo, en la entrada a la Ciudad de San Marcos.

El historiador Horacio Cabezas dice: “Hay estatuas de él en casi todos los municipios del país”. Pero hay algo más: “En la época de Jorge Ubico se dio mucho énfasis a la revolución del 71; por ello, en 1931, se erige la Torre del Reformador, que es un monumento dedicado al centenario del nacimiento de Barrios”, cuenta Cabezas.

El sátrapa

Hay otros monumentos controvertidos: los templos a Minerva, con cuya grandiosidad el dictador Manuel Estrada Cabrera quiso hacer homenaje a la sabiduría, aunque en realidad hizo poco por modernizar la educación del país, durante su gobierno de 1898 a 1920. Estos templos siguen en pie en lugares como Barberena, Chiquimula, Jalapa o Xela. “Estrada Cabrera, para autoadularse, mandó construir 48 templos a Minerva”, refiere Álvarez.

El dictador llegó a nombrar la actual zona 8 de la capital como Ciudad Estrada Cabrera; además, propuso la creación de una nueva moneda, acuñada con su nombre, y también bautizó el actual parque Jocotenango —zona 2— como Estrada Cabrera.

Templo a Minerva en Quetzaltenango, aún sobreviven este tipo de monumentos en varias partes del país, signo de la dictadura de Estrada Cabrera. (Foto: Hemeroteca PL)

Un nombre polémico

De hecho, el mismo parque Jocotenango ha sido objeto de polémica, ya que tras el derrocamiento de Estrada fue rebautizado como parque Francisco Morazán. Sin embargo, cabe recordar que el caudillo hondureño, que fuera presidente de la Federación Centroamericana, llegó a invadir y saquear la Ciudad de Guatemala en 1829, por lo cual su recuerdo generaba alguna contrariedad. “Incluso en los años 20 se iba a dedicar un monumento a Morazán, pero la clase intelectual —a través de la Prensa— se alzó y lograron que no se construyera”, indica Álvarez.

El sobrino de Barrios

En la Avenida de La Reforma hay una estatua ecuestre de José María Reyna Barrios, mandatario de Guatemala desde 1892 a 1898. Si bien tuvo algunas medidas acertadas, intentaba perpetuarse en el poder y al morir dejó las arcas nacionales prácticamente vacías. “Reyna Barrios dejó en la pobreza a Guatemala. Hasta la educación se suspendió porque no había dinero, pero él trataba de dar al mundo otra impresión con sus ferias”, recuerda Cabezas.

Un hecho curioso en relación con la construcción de esta estatua es que se mandó a hacer a Italia, y en un principio iba a ser ubicada en el parque Morazán para dedicársela a éste. Sin embargo, las polémicas llevaron a anular el proyecto, pero para que no hubiera desperdicio cambiaron la cabeza de Morazán por la de Reyna Barrios.

Ambos historiadores coinciden en la necesidad de seleccionar mejor, con nuevos criterios, el tipo de modelos que se quiere exaltar, sobre todo en un país con tanto talento en otros ámbitos que nada tienen que ver con el autoritarismo o la prepotencia.

Monumento a José María Reyna Barrios ubicado en la Avenida Reforma, misma que él proyectó en el siglo XIX. (Foto: Hemeroteca PL)
Mensaje subliminal

“Poner el nombre de Ubico creo que es un insulto al pueblo guatemalteco; y creo, es un mensaje subliminal que envían a la sociedad de que están tratando de impulsar gobiernos de fuerza, gobiernos duros”, explica el historiador Horacio Cabezas.

“En el momento en que nos encontramos actualmente, avanzando hacia la democracia; es dudoso otorgar un espacio a un personaje tan cuestionado por la sociedad”, expone Geidi de Mata, directora de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad San Carlos.

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