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Patrimonio de la ciudad

El Pasaje Rubio es una de las construcciones más emblemáticas del Centro Histórico y también una de las más concurridas.

El Pasaje Rubio es un lugar que cuenta muchas historias. (Foto: Hemeroteca PL)

El Pasaje Rubio es un lugar que cuenta muchas historias. (Foto: Hemeroteca PL)

Sus corredores cuentan historias a lo largo de décadas de existencia. El tiempo parece hacerse detenido en buena parte de sus rincones. Su diseño arquitectónico habla de una moda en las primeras décadas del siglo 20, cuando la nomenclatura de la ciudad era distinta a la que actualmente la identifica: entre 8a. y 9a. calles y la 6a. avenida, zona 1, el Pasaje Rubio extiende sus tres brazos.

Cientos de personas viven en los apartamentos del segundo y tercer pisos y otro tanto se mueve diariamente por el a?rea comercial de la planta baja, entre el brillo de las joyas, la nostalgia de las libreri?as antiguas y la fortuna prometida en los nu?meros de loteri?a.

El Pasaje Rubio es como aquellos viejos apacibles, con ropa rai?da y muchos secretos en su interior. En una de las salidas, la de la 6a. avenida, cayo? asesinado en 1978, Oliverio Castan?eda de Leo?n, secretario de la Asociacio?n de Estudiantes Universitarios, mientras muchos otros manifestantes entraban al pasaje para escapar de los perseguidores armados. Una placa de bronce recuerda aquella ingrata ocasio?n.

En uno de los apartamentos vivio? el afamado acuarelista Alfredo Guzma?n Schwartz, en tanto que la escritora Mari?a del Carmen Escobar, autora de la obra de teatro La gente del palomar, teni?a un negocio aqui?.

Pasillos del tiempo

No se sabe con certeza la fecha en la que fue construido el pasaje. Probablemente fue entre 1926 y 1930 en un terreno que pertenecia a la señora Trinidad Nájera viuda de Asturias. Su nombre se debe a que quienes lo construyeron eran de apellido Rubio y llevaron a cabo la idea de un pasaje estilo francés, de concreto y ventanas de madera. En 1931, Pedro Aycinena adquirió el pasaje y entre 1936 y 1937, Gabriel Biguria Sinibaldi compró una parte y más adelante otras. Actualmente sus descendientes son dueños de aproximadamente el 66 por ciento del área total.

Portal de tradición

Sin duda, uno de los lugares emblema?ticos del Pasaje Rubio es el bar El Portalito, fundado en 1932 por Esteban Jime?nez. Diez an?os despue?s, en 1942, se lo compro? Marco Antonio Cha?vez.

Este bar ha sido punto de reunio?n de distintas generaciones en diferentes e?pocas. Muchos intelectuales lo frecuentan. En una entrevista el arqueo?logo Carlos Navarrete relato? que cuando fue por primera vez a El Portalito vio alli? a Miguel A?ngel Asturias, Premio Nobel de Literatura 1967.

Otro que llegaba asiduamente era el escritor Augusto (Tito) Monterroso, fallecido en 2003. Chávez refiere que una de las meseras, llamada Gloria, recordaba haber atendido en varias ocasiones al Che Guevara quien tambie?n tomaba cafe? en un quiosco de uno de los pasillos.

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