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La Recolección resurge de las ruinas en 1978

El 17 de junio de 1978 trascendió una buena noticia para el patrimonio arquitectónico de la ciudad, el Templo de la Recolección era restaurado luego de los daños provocados por el terremoto de 1976.

Aspecto de los trabajos de restauración del Templo de la Recolección en 1978. (Foto: Hemeroteca PL)

Aspecto de los trabajos de restauración del Templo de la Recolección en 1978. (Foto: Hemeroteca PL)

Prensa Libre reseñó en su edición de ese día la bendición de los trabajos de restauración del Templo Recoleto, iniciados en junio de 1977.

“Los trabajos de restauración del interior del templo de la Recolección, de esta capital, se inaugurarán mañana con la celebración de una ceremonia presidida por el cardenal Mario Casariego y Acevedo y el reverendo padre Fray Miguel Murcia, custodio provincial franciscano”, iniciaba la nota periodística.

Los trabajos fueron dirigidos por el maestro de obras Mauricio Leonel Marroquín y el padre guardián del templo, reverendo fray Leonardo García Aragón, fueron iniciados en junio de 1977 formalmente. En la misma trabajaron 44 albañiles. Sin embargo, la reconstrucción del interior del templo y el nuevo convento se efectuó en dos años, alternándose los trabajadores en ambas obras.

Daños

La iglesia de la Recolección resultó sumamente dañada por el terremoto de 1976, la nave fue destruida en gran parte por lo que hubo de ser demolida y reconstruida totalmente. 

En este trabajó, se indicó, se utilizó una estructura metálica formando casquetes de hierro cruzado que sostienen la lámina y la estructura de cemento que forma la nave. 

La estructura metálica es asísmica y está colocada sobre columnas de hierro y cemento que parten desde las paredes laterales que miden 2.50 metros de espesor. 

Otra de las partes dañadas considerablemente se informó, fue la capilla de pasión, en la que fue necesario demoler la bóveda y rehacerla en la misma forma que la nave. 

El terremoto causó también daños en la cúpula mayor, así como en el ábside y la capilla izquierda del altar mayor. Estas partes, indicó el padre García Aragón, se reforzaron con hierro y concreto, habiéndose aplicado a todo un repello de cal y cemento. 

Al terminarse de repellar el interior del templo, se indicó, se aplicaron varias capas de pintura habiéndose gastado para ello más de 10 toneles de pintura de 54 galones cada uno. 

Otros detalles como las ventanas y vidrios de los retablos los cuales se quebraron totalmente con el terremoto, fueron reemplazados por nuevos. El piso se destruyó completamente y se colocó uno nuevo de granito.

El trabajo, señaló el religioso, no se concretó a la reparación del edificio; también se repararon los retablos los cuales se doraron al igual que el altar mayor cuyo fondo se pintó de rojo para dar mayor vista al Cristo Crucificado que preside la iglesia.

Como un dato curioso, indicó el padre Leonardo, las únicas imágenes que permanecieron en el tiempo en que se efectuó la reconstrucción del templo, dentro de éste, fueron la imagen del Cristo de la preciosa sangre, colocado en el altar mayor y la de San Antonio, que permaneció fuera de su camarín a un lado de la entrada lateral recibiendo limosnas para la realización de los trabajos. 

A pesar de lo tesonero y gran empuje que se le ha dado a los trabajos, indicó el fraile, faltaba concluir la restauración exterior del templo y la sacristía que se tiene previsto concluir a fin de año.

Coste de los trabajos

El coste de los trabajos realizados fue cuantioso, se dijo, sin embargo, no se dio una cifra exacta de los mismos, únicamente sedijo, la madera que se utilizó cuyo valor asciende a Q10 mil aproximadamente fue obsequiada por el señor Hans Laugerud, en el piso, para la cual se contó con la colaboración de los fieles se gastó Q13 mil, sin embargo, dijo el padre García, sería difícil precisar una cantidad exacta de todo lo invertido.

Para financiar los trabajos se contó con ayuda del exterior, principalmente de Alemania, Canadá y España, así como ayuda de los fieles y cantidades que se lograron reunir de eventos como baratillos, rifas, etc. al menos unos Q300 mil.

Incidentes

Por su parte, el maestro de obras Mauricio Leonel Marroquín, quien tuvo a su cargo la dirección del personal que laboró en estos trabajos refirió algunos incidentes que se presentaron en la ejecución de los mismos. 

Uno de estos, señaló fue que los trabajadores, en un principio, tenían cierto temor de subirse a los andamios de 20 metros de altura, para poder iniciar los arranques de las columnas que sostienen la nave, sin embargo -agregó-, poco a poco se fueron acostumbrando a la altura.

Otro de los incidentes, se registró un día en que un fuerte temblor hizo moverse todos los andamios y paredes, lo cual causó temor entre los trabajadores que apresuradamente se bajaron del mismo y después no querían volver, si no hasta que se recuperaron del susto, aunque con cierta desconfianza.

Dimensiones

El templo recoleto tiene una longitud de 84 metros, su anchura es de 11, que se agranda a 10 metros más por cada brazo del crucero. 

La altura de la nave es de 20 metros y la cúpula se eleva sobre ésta unos 15 metros más, la altura de las torres es de 25 metros y la fachada alcanza los 27.30 metros, siendo el grosor de sus paredes de 2.50 metros.

Historia

  • La construcción del templo del Colegio de Cristo Crucificado, llamado comúnmente La Recolección, por haber pertenecido a los padres franciscanos recoletos, se inició en 1809, habiéndose inaugurado solemnemente el 21 de enero de 1845 por el obispo de Comayagua, monseñor Campoy, según la Gaceta del 21 de febrero del citado año.
  • La iglesia fue construida en estilo neoclásico, haciendo gala en el uso de columnas y cornisa de estilo jónico, que lo hacen ser uno de los mejores ejemplos de ese estilo arquitectónico en Guatemala.
  • El templo fue destruido en gran parte por los terremotos de 1917-18, habiéndose iniciado su reconstrucción en el año de 1923 y concluido en el año 1949. 
  • Desde 1949 el templo sirvió al culto de la feligresía, hasta el 4 de febrero de 1976, en que fue destruido en gran parte por el terremoto de ese último año.
  • Las labores de restauración, se iniciaron en junio de 1977 y fueron finalizados el 17 de junio de 1978 siendo bendecidos por el arzobispo Mario Cardenal Casariego y Acevedo. 
  • Guarda en su interior notables ejemplos de imaginería colonial y moderna, tales como las tallas antiguas del Cristo Crucificado, la familia de la Virgen y otras modernas como las de Santa María Magdalena y la Inmaculada Concepción.
  • El templo es una de los puntos de referencia durante las celebraciones de Semana Santa ya que posee un impresionante conjunto escultórico de pasión, como lo constituyen las imagenes de Jesús del Consuelo, Señor Sepultado y las Vírgenes de Dolores y la Soledad, todas imagenes consagradas y que cuentan con millares de devotos que las acompañan en sus procesiones. 
  • Después de más de 200 años de estar a cargo de los Padres Franciscanos, en 2016 el Templo fue entregado a la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala. 

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