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1991: río Motagua contaminado por Cólera

El 11 de octubre de 1991 trascendía la contaminación del río Motagua, situación que ponía en peligro a más de un millón de guatemaltecos que vivían en las cercanías.

Titular de Prensa Libre del 11 de octubre de 1991. (Foto: Hemeroteca PL)

Titular de Prensa Libre del 11 de octubre de 1991. (Foto: Hemeroteca PL)

La epidemia del cólera morbus llegó a una fase verdaderamente peligrosa según confirmó el Ministerio de Salud Pública al confirmar la contaminación de las aguas del Motagua con la bacteria del “vibrio cholerae”, poniendo en riesgo a más de un millón de personas.

Los viceministros del ramo, doctores Rodolfo McDonald Kanter y Thelma Duarte de Morales, confirmaron a la Prensa que los muestreos efectuados por personal especializado de esa cartera, certifican la existencia de la bacteria aludida en las aguas del Motagua.

En las áreas adyacentes a ese río, en una longitud de 547 kilómetros, existen comunidades populosas, cuya fuente principal de abastecimiento es precisamente el río Motagua. Entre las poblaciones más expensas al peligro están: El Rancho, Teculután, Estanzuela, Pepesca, El Rosario, Gualán, Lobo, Los Amates, Agua Caliente, Pata Renca, Buenos Aires, Bananera, Morales, El Mosquito, Río Nuevo y otras más hasta llegar al Golfo de Honduras, en donde desemboca el río en mención.
Áreas expuestas a la epidemia de cólera morbus en 1991.  (Foto: Hemeroteca PL)

El viceministro McDonald expresó su preocupación por el avance de la epidemia, pero reitró que “la enfermedad está controlada y no ha salido del área de acción de las dependencias de salud”. En todos los hospitales, subrayó, existe personal preparado y con los medicamentos necesarios para atender a pacientes afectados por el cólera. 

El problema se hace mayor, porque en las riberas del Motagua existen grandes plantaciones de legumbres, las cuales son irrigadas con el agua de ese río. El funcionario recomendó a los agricultores de esa región, tomar las precauciones del caso, como por ejemplo, irrigar las siembras con agua clorificada; cocinar convenientemente las verduras y no ingerir líquidos que no estén convenientemente tratdos.

McDonald puntualizó que “la contaminación de las aguas, como las del Motagua y las del lago de Amatitlán, no es motivo para alarmarse porque esas son precisamente las características de una epidemia. Esas enfermedades, se convierten en males endémicos, se quedan por mucho tiempo y lo correcto es aprender a convivir con esos problemas de salubridad”. 

En el caso de Amatitlán el número de pacientes afectados no ha variado desde que se conoció la existencia de la contaminación de esas aguas con el vibrio cholerae. Al rpincipio se pensó que eso iba a extender profusamente la enfermedad, pero gracias a Dios y a la acción de las autoridades de salud el mal ha sido convenientemente controlado. 

Al momento, sólo 388 personas han sido afectadas, mientras que otras 10 han fallecido. Por supuesto, aclaró el viceministro, las diez víctimas fueron producto del descuido, porque cuando llegaron a los centros asistenciales prácticamente estaban “agonizando”. 

Campaña de prevención del cólera, epidemia que afectaba a los guatemaltecos en 1991. (Foto: Hemeroteca PL)

Las autoridades no desechaban las principales fuentes de agua del país puedan ser contaminadas con el cólera morbus, razón por la que se reiteró un llamado a la comunidad en general para que tome las precauciones indicadas, tales como hervir el agua, clorar los líquidos, pelar las frutas, cocinar las verduras, lavarse convenientemente las manos, no dejar alimentos sin cubrir, etc. 

En ese año 1991, las autoridades de salud reportaron que a nivel nacional 50 personas fallecieron por el brote del cólera morbus y otras 2 mil fueron afectadas pero fueron atendidas a tiempo salvando sus vidas. Los principales síntomas de esta enfermedad son diarrea y vómitos. 

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