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Un predio convertido en negocio oscuro y lucrativo

El 28 de agosto de 1970, Prensa Libre publicó un reportaje sobre el abandono en el que se encontraban cientos de automotores en el predio de la Policía.

Automóvil desmantelado en el predio de la Policía, en Mariscal Zavala, en 1970.

Automóvil desmantelado en el predio de la Policía, en Mariscal Zavala, en 1970.

Varios millones de quetzales yacen convertidos en chatarra, diseminada en un área de aproximadamente 5 manzanas de terreno, en el sector norte oriente de la ciudad capital, en el llamado predio del departamento de tránsito de la policía nacional, colindante con el cuartel Mariscal Zavala.

Automóviles, autobuses, camiones, remolques, motocicletas y bicicletas, están hacinados en aquel lugar y destruidos, muchos de ellos por la mano del hombre y otros por efecto de los elementos.

Millones de divisas que salieron del país han hallado la tumba entre montarrales, sin que de aquellos vehículos pueda obtenerse algún beneficio positivo, sino por el contrario, han sido motivo de depredación.

Amontonados

Testigos mudos de múltiples tragedias, los vehículos permanecen unos  sobre de otros, en extensiones hasta donde la vista se pierde, destruyéndose a medida que pasan los días.

Algunos policías nacionales cuidan los restos de lo que  fueron flamantes automóviles, poderosos camiones, veloces motocicletas y endebles bicicletas.

Aquel cúmulo de hierros da la impresión de un verdadero cataclismo, a pesar de que actualmente, el departamento de tránsito de la policía nacional, bajo la jefatura del teniente coronel Manuel de León López, trata de organizar en mejor forma el ingreso y la salida de vehículos del mencionado predio, especialmente para evitar que se continúe con la depredación de que han sido objeto.

Durante once años han llegado toda clase de vehículos a aquel sitio, a razón aproximada de 100 automóviles, 20 motocicletas y 30 bicicletas mensualmente.

Juicios

Algunos de tales vehículos han sido reclamados por sus dueños, inmediatamente después de finalizados los juicios correspondientes por diversas infracciones, pero muchos son los que han quedado allí, abandonados, para que el tiempo los destruya, sin haberse logrado utilidad alguna para las autoridades.

Da tristeza ver cómo cientos, miles o quizá millones de quetzales tienden a desaparecer en el predio, donde no existe ninguna protección para los vehículos que son requisados.

Aquello no es un depósito de vehículos, es un cementerio en el que millones de quetzales esperan en vano ser rescatados, a través de algún medio legal.

Una ingrata herencia

Mucho antes de que los vehículos incautados por la policía nacional, por diferentes motivos, fueran a dar al actual predio del Mariscal Zavala, habían permanecido en unos terrenos del barrio San Pedrito, en la zona 5, donde por falta de espacio, se hacía necesario dejarlos en la calle.

Desde aquel tiempo, se cometieron hechos ilícitos en los que, desafortunadamente, participaran elementos de la propia policía.

Saqueos

Todo vehículo que en suerte le correspondía permanecer durante algunos días en aquel lugar, era objeto de un verdadero saqueo y cuando el propietario se presentaba a reclamarlo, se encontraba con que aquella máquina habla sido objeto de un completo desmantelamiento.

A medida que llegaron más y más vehículos, se hizo necesario buscar un terreno ad-hoc para mantener los vehículos Incautados y fue así como se utilizó un terreno que pertenecía a la municipalidad capitalina.

Se trasladó el depósito de vehículos del departamento de tránsito, al lugar que ahora ocupa, en 1959 y se considera que desde su propio establecimiento, aquel lugar fue motivo para que personas inescrupulosas iniciaran un negocio ilícito, al vender piezas de los vehículos que llegaban a ese lugar.

Un reciente estudio estadístico, llevado a cabo, luego de investigaciones que comprobaron la acción ilegal de algunos agentes policiacos, dio como resultado comprobar que en los últimos tiempos, aquella acción había dejado a los depredadores, una suma no menor de los Q40,000.

Dos de los responsables de estos hechos se encuentran consignados a los tribunales correspondientes, como parte de la acción depurativa que lleva a cabo la actual dirección general de la policía nacional.

Dos casos de depredación

Casos recientes como el de un camión con placas hondureñas que, debido a un accidente fue a parar a aquel lugar y cuyas llantas totalmente nuevas fueron vendidas por Q20, al que también le fue quitado el radiador y otras piezas importantes, para causar pérdidas a su propietario en cerca de Q2,000, son parte de lo que está incluido en las investigaciones realizadas.

Pero a cada paso, es fácil encontrar lo que fueron automóviles, en simples carrocerías destruidas también en parte, mientras que de las motocicletas y bicicletas, solamente quedan pequeños vestigios.

Nada cambió

En el actual predio judicial, a cargo de  la Policía Nacional Civil (PNC), hay más de mil 500 vehículos y mil 800 motocicletas. Tiene siete manzanas y está  en Bárcenas, Villa Nueva.

Ahí, cientos de vehículos también son desmantelados o quemados  para borrar evidencias. 
 
Entre los incendios están los de marzo y abril  de 2005, y los de abril y mayo de 2013, en los cuales ardieron más de 200 autos, entre estos un blindado usado para transportar dinero defraudado al Ministerio de la Defensa.

Otro ocurrió el 25 de septiembre de ese año,  el mismo día de los allanamientos para desarticular una banda trasnacional de robacarros. Esa vez, el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, no descartó que el incendio haya sido provocado.

Robos, a diario

El 28 de diciembre de 2013, Prense Libre publicó: El predio de vehículos consignados y en resguardo de la Policía Nacional Civil (PNC) ubicado en Bárcenas, Villa Nueva, ha sido pasto de las llamas en seis ocasiones y del robo de piezas a lo largo del 2013.

En el depósito, de al menos siete manzanas de terreno, se encuentran unos mil vehículos y dos mil 500 motos, según los reportes de ingresos y egresos del 2012 a la fecha, pero la cifra podría superar los 30 mil automotores.

Agentes de la PNC asignados para la custodia del predio, ubicado en el kilómetro 22.5 ruta al Pacífico, aseguraron que los incendios del 2013 han consumido más de 590 automóviles, buses y camiones, y que en años anteriores la cifra fue similar.

Un encargado de los agentes indicó que la falta de registro general de vehículos se debe a que en un incendio del 2011 se quemó el inventario de los automotores consignados, por lo que tienen únicamente un promedio de los automotores livianos y pesados.

La historia del predio de la PNC continúa entre incendios provocados, saqueos y comercio ilegal de piezas mecánicas.

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