Ariel Herrera, integrante del Club y quien escenifica al apóstol Pedro, aseguró que esta manifestación cultural es la identidad de los chiantlecos, pues cada año se entregan física y espiritualmente a esta representación, que tiene significado distinto en cada edición, pues se hace con una penitencia personal y un objetivo.
Explicó que el trabajo de los directivos en el año es buscar los fondos, pues se necesitan unos Q25 mil para el montaje, y los actores inician los ensayos a partir del primer sábado de Cuaresma.
Compromiso
Alexánder Mérida, quien encarna el personaje de Jesús, indicó que su vida ha cambiado, pues de ser un hombre normal ha pasado a ser una persona que todo el año se siente comprometido a tratar de actuar de la mejor forma. “La preparación espiritual y física es importante, porque hay un desgaste fuerte”, resaltó.
Julio Herman Mérida Figueroa, quien encarna a Dimas, uno de los ladrones que acompañan al Nazareno durante su recorrido, recuerda que a los 16 años se sumó a este grupo y su primer personaje fue el criado Elí, donde se organiza la última cena.
Rolando Mérida, actual presidente del Club y quien lleva 44 años de estar dentro de esta agrupación como actor y ahora como directivo, refiere que desde los 12 años ha salido como apóstol, Judas, Malco y Nicodemo, entre otros personajes.
Mérida expuso que esta es una tradición del pueblo, y aunque la Municipalidad es el principal patrocinador, cada fin de semana recaudan fondos para efectuar este montaje.
Esta representación significa para Huehuetenango una muestra cultural de las tradiciones y particularidades que se viven durante Semana Santa.