Internacional

El grupo Estado Islámico quema vivas a 43 personas en el oeste de Iraq

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) quemó este sábado vivos a al menos 43 residentes de la zona de Al Bagdadiya, en la provincia occidental iraquí de Al Anbar, que había sido previamente secuestrados por los extremistas, informó a la agencia Efe una fuente de seguridad

BAGDAG – Los miembros del EI encerraron en una jaula a los secuestrados, en su mayoría policías e integrantes de los Consejos de Salvación  (milicias suníes progubernamentales), antes de prenderles fuego, explicó la fuente.

Libia, epicentro yihadista que preocupa a sus países vecinos y a Europa.

A las puertas de Europa, Libia se ha convertido en un nuevo foco yihadista que preocupa tanto a los europeos como a los países norteafricanos, temerosos de su influencia en los grupos radicales de sus territorios, explican los expertos.

“Libia es hoy en día el mayor foco terrorista del mundo” , afirma Mazen Sherif, experto tunecino en temas militares y estratégicos.

Al contrario de Iraq y de Siria, donde una coalición internacional bombardea al grupo Estado Islámico (EI), su brazo libio tiene vía libre debido al caos en el que está sumido el país, añade.

Años después del comienzo de la revuelta contra el régimen del coronel Muamar Gadafi, que dirigió el país con mano de hierro hasta su derrocamiento y muerte en 2011, el rico país petrolero ha quedado a merced de milicias rivales.

La filial libia del grupo EI está asentada en varias ciudades, desde Derna (este) a Sabrata (oeste), pasando por Sirte (centro) .

Otro grupo yihadista, Ansar al Sharia, está implantado en Bengasi, segunda ciudad del país.

El EI dispone también en Libia de un acceso al mar, en un país que constituye la principal fuente de inmigración irregular hacia las costas europeas, y sobre todo hacia Italia.

“Libia constituye el punto geográfico más cercano a Europa con movimientos yihadistas y el principal lugar de paso para la inmigración clandestina” , explica un diplomático libio en Europa.

“Basta con imaginarse qué pasaría si en cada barco de inmigrantes se colaran uno o dos yihadistas…” , añade.