El 14 de enero, la universidad ya había suspendido las clases en ese campus, que acogía a unos 700 estudiantes, pero ahora decidió su cierre por tiempo indefinido, asegurando que había recibido amenazas del crimen organizado.

“No podemos poner en riesgo a ninguno de los miembros de nuestra comunidad. Esta es nuestra prioridad al tomar esta decisión”, argumentó el centro, sin especificar el tipo de advertencias recibidas.

Tamaulipas, región de disputa entre el cartel del Golfo y sus antiguos aliados Los Zetas, ha experimentado un repunte de su violencia en las últimas semanas, con choques entre grupos criminales y enfrentamientos con uniformados que dejaron al menos 14 muertos entre el 1 y 3 de febrero.

Aunque la Universidad del Valle de México se comprometió a encontrar una solución para que sus estudiantes de Nuevo Laredo puedan concluir sus estudios en alguno de sus 36 centros del país o a través de sus estudios en línea, algunos alumnos del campus se manifestaron el lunes por la mañana en contra del cierre y se reunieron con funcionarios de la alcaldía para que traten de revocar la decisión. “Llevamos más de tres semanas sin clases y nadie nos ha dado explicaciones, ni el rector regional de la UVM ni el institucional. Nos tienen en una incertidumbre”, dijo José Luis Villa, estudiante de comunicación.

En septiembre, la universidad cerró por las mismas razones su campus de Reynosa, fronteriza también con Texas y una de las más violentas de Tamaulipas.