Internacional

Víctimas exigen frenar a pandillas

Hace mes y medio, "Norma" tuvo que cerrar la pequeña panadería con que mantenía sola a sus tres hijos en una barriada de San Salvador para huir de la extorsión de las pandillas, y ahora vive en otro barrio donde sobrevive vendiendo cosméticos por catálogo.

Algunos miembros de la Mara 18 se unen al programa de reinserción social, en San Salvador, que consiste en empleos temporales. (Foto Prensa Libre: AFP)

Algunos miembros de la Mara 18 se unen al programa de reinserción social, en San Salvador, que consiste en empleos temporales. (Foto Prensa Libre: AFP)

Ante las elecciones presidenciales que se celebrarán el domingo próximo, ella tiene el deseo de que “llegue al Gobierno alguien que acabe con esto”, según relata.

“Si no pagás la renta —extorsión—, te vas de tu casa o te morís”, fue la amenaza que “Norma”, de 42 años, recibió de boca de un pandillero en su casa en Mejicanos, en la periferia norte de San Salvador.

“Los de la Mara Salvatrucha me pidieron US$400 de renta porque tenía la panadería y decían que yo tenía pisto, pero les expliqué casi llorando que no tenía esa cantidad. Entonces un líder de ellos me obligó a que les diera lo que podía, que eran US$80”, narró esta afanada madre y trabajadora.

Según las encuestas, el principal problema de los salvadoreños es la violencia ejercida por las pandillas y ese es uno de los retos que esperan a quien resulte electo en los comicios del 2 de febrero próximo, o en una segunda vuelta en marzo si ninguno de los candidatos alcanza el 50% más uno de los votos.

Para afrontar el problema de las pandillas, el candidato presidencial del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (oficialista), Salvador Sánchez Cerén, promete programas de reinserción, pero también la aplicación de la ley para los pandilleros que continúen delinquiendo.

En tanto, el candidato de la opositora Alianza Republicana Nacionalista (derecha), Norman Quijano, ofrece mano dura contra las pandillas.

Desde marzo del 2012, las pandillas mantienen una tregua que ha permitido bajar los homicidios, según el Gobierno.

En las cárceles, según autoridades, se encuentran 10 mil pandilleros, pero en las calles operan otros 50 mil.