Internacional

Agonía de Jesús en el Getsemaní

El Huerto, la Gruta y la Iglesia de Todas las Naciones destacan en este lugar santo.

Hace más de dos mil años Jesús hizo la que fue una de sus oraciones más desgarradoras, en el Monte de los Olivos, de Jerusalén, donde, según la tradición cristiana, Él revivió su pasión y muerte y puso por delante de su sufrimiento la voluntad de Dios. Cerca de Cristo, sus discípulos velaban esa triste noche, pero los venció el sueño.

Ocho olivos de grueso tronco en Jerusalén son los únicos vestigios de esa noche de angustia y oración que pasó Jesucristo antes de que Judas lo llevara a la cruz con su famoso beso traidor.

“Ha llegado la hora de que este Hombre sea entregado en manos de los pecadores. Ya está ahí el que me entrega”, dijo Jesús cuando Judas se acercaba con un grupo de soldados romanos al Huerto del Getsemaní, convertido desde entonces en escala obligada para los peregrinos cristianos.

Este episodio central de las Sagradas Escrituras inspira cada año a miles de devotos, turistas o simples curiosos a visitar este punto situado en la falda del Monte de los Olivos de Jerusalén, donde confluyen lugares católicos, judíos y ortodoxos. En otros sitios de Tierra Santa también tienen presencia edificaciones musulmanas.

Custodios

La Orden Franciscana custodia desde hace 800 años tres lugares especialmente simbólicos del cristianismo ubicados en esta ladera: el Huerto, la Gruta del Getsemaní y la Iglesia de Todas las Naciones, edificada donde según la tradición Cristo vivió su larga noche de Pasión al presentir su crucifixión, según recoge el Nuevo Testamento.

“Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; sin embargo, que no se realice mi designio, sino el tuyo”, aceptó Jesús, según el relato del Evangelio de Lucas 22:39-48, mientras “chorreaba hasta el suelo un sudor parecido a goterones de sangre”.

Tres lugares destacan en el Huerto del Getsemaní.

800 años lleva de cuidar el Huerto la orden franciscana.

Jesucristo enseñaba así que “el misterio de la fe es hacer la voluntad del Padre”, rememora frente a estos antiquísimos árboles de olivo el sacerdote franciscano español Rafael Dorado.

A escasos metros de este pequeño jardín se encuentra la llamada Gruta de la Traición. Su entrada primigenia, que daba a la iglesia que contiene la llamada Tumba de María —aunque se desconoce la fecha y lugar donde ella falleció y los teólogos precisan que no murió sino que se “elevó”— fue sepultada cuando la Iglesia Ortodoxa se hizo en el siglo XIX con el control de este templo.

Basílica

Del otro lado del Huerto de los Olivos se encuentra la bastante más concurrida Iglesia de Todas las Naciones, también llamada Basílica de la Agonía. El azul y dorado de sus 12 cúpulas y el morado de sus sobrias vidrieras destacan en su oscuro interior, donde se superponen tres santuarios emblemáticos: una basílica bizantina del siglo IV, una capilla del siglo XII —de la época de los cruzados— y la actual, erigida en 1924.

Esta conserva una parte de la base rocosa identificada como el lugar en el cual Jesús rezó solo en el huerto, la noche de su detención, aunque se desconoce si fue el sitio exacto.

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