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4 claves para entender la importancia del Acuerdo de París sobre el cambio climático del que Donald Trump acaba de retirar a EE. UU.

El Acuerdo de París sobre cambio climático alcanzado hace un año y medio es considerado por muchos como el mayor logro en materia ambiental en la historia.

195 de los 197 países partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se sumaron al tratado ambiental aprobado el 12 de diciembre de 2015 en la capital francesa.

Sólo Nicaragua y Siria se negaron a ser parte del acuerdo.

A esos dos países se les ha unido Estados Unidos este jueves, después de que el presidente Donald Trump anunció su decisión de retirar a su país del tratado.


“Para cumplir mi solemne deber de proteger a EE.UU. y sus ciudadanos, Estados Unidos se retirará del Acuerdo climático de París”, señaló Trump desde los jardines de la Casa Blanca.

El texto que se aprobó en 2015 después de dos semanas de negociaciones dentro de la reunión del clima COP21 (y años de trabajo previo), señala que tanto naciones desarrolladas como países en desarrollo se comprometen a gestionar la transición hacia una economía baja en carbono.

El tratado indica que los países ricos deben dar apoyo financiero a los demás para ayudarles a reducir sus emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático.

Pese al logro, algunos expertos advierten desde 2015 que el tratado firmado en la capital francesa debe ir más lejos si se quiere tener una posibilidad real de frenar el calentamiento global, un fenómeno sobre el que existe consenso entre la comunidad científica, pese a que hay quien no cree en él.

Ese es el caso del presidente Trump, quien en campaña llegó a decir que el cambio climático es “un invento de China” para dañar la competitividad de la economía estadounidense.

A continuación te contamos cuatro elementos clave del histórico tratado que en las últimas horas las Naciones Unidas, la Unión Europea y China anunciaron defenderán, pese a la retirada de EE.UU.

1. “Muy por debajo” de dos grados centígrados

El texto de París establece el objetivo de lograr que el aumento de las temperaturas se mantenga “muy por debajo” de los dos grados centígrados con respecto a la era preindustrial.

Además, compromete a los firmantes a “realizar esfuerzos” para limitar este aumento a 1,5 grados como máximo.

Todo esto para evitar llegar a lo que los científicos consideran como “niveles peligrosos e irreversibles” de cambio climático.

El mundo ya está casi a mitad de camino hacia ese punto, en casi 1 grado centígrado de calentamiento en comparación con la era preindustrial.

Los líderes de los países con altitudes bajas y que se enfrentan a niveles cada vez más insostenibles de subida del mar piden que el límite sea mucho menor a los 1,5 grados.

“Sálvennos”, el emotivo pedido de un primer ministro a EE.UU. en nombre de las islas del Pacífico

2. Limitar la cantidad de gases de efecto invernadero

El acuerdo de París señala que los gases de efecto invernadero emitidos por la actividad humana deberán equipararse con los niveles que los árboles, el suelo y los océanos puedan absorber naturalmente.

Este objetivo, según el tratado, deberá lograrse en algún punto entre los años 2050 y 2100.

Los principales gases de efecto invernadero en la atmósfera terrestre son el vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2), el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono, siendo las emisiones de CO2 las que más preocupan por sus enormes efectos en el cambio climático.

En 2016 se llegó a niveles récord de emisiones de dióxido de carbono, algo que los expertos llamaron una “nueva era” para el calentamiento global y la “prueba irrefutable” de la responsabilidad humana sobre el cambio climático.

Cuando se llegó a esta marca, la Organización Meteorológica Internacional señaló que “si no se aborda el problema de las emisiones de CO2, no se puede combatir el cambio climático y mantener el aumento de temperatura en menos de dos grados centígrados”.

China y Estados Unidos son responsables del 40% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo.

En diciembre de 2015, la Casa Blanca señaló que el documento de París era “el acuerdo más ambicioso sobre el cambio climático en la historia” y destacó que el mismo establece “un marco duradero y de largo plazo” para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

3. Revisar la reducción de las emisiones de los países cada cinco años

Sólo algunos de los elementos del pacto de París pueden ser jurídicamente vinculantes.

Los compromisos de los países para reducir las emisiones son voluntarios, y los argumentos sobre cuándo se deben revisar las metas establecidas (con el objetivo de ampliar las mismas) fueron todo un obstáculo en las conversaciones.

El acuerdo establece hacer una evaluación del progreso en 2018, con revisiones adicionales cada cinco años.

Como señalan los analistas, París es sólo el comienzo de un cambio hacia un mundo con bajas emisiones de carbono y las metas deberán ampliarse más y más.

En criterio del profesor John Shepherd, del Centro Nacional de Oceanografía de la Universidad de Southampton, el acuerdo de 2015 representa apenas algunas aspiraciones de partida.

El experto añade que los objetivos finales, una economía e industria bajas en carbono, serán realmente difíciles de conseguir.

4. Financiación climática

Los países ricos accedieron apoyar a las naciones en desarrollo con recursos económicos para sobrellevar los efectos actuales y futuros del calentamiento global.

Este punto fue otro de los que más conflicto generó durante todas las cumbres climáticas previas a la de París.

Los países en desarrollo plantearon, además, que requieren ayuda financiera y tecnológica para superar los combustibles fósiles y pasar a las energías renovables.

La promesa en ese entonces fue de US$100.000 millones al año desde 2020, un monto menor al demandado por algunos países en las negociaciones.

El acuerdo establece que esa cifra será usada como una “base” para definir el apoyo adicional que se discutirá en 2025.

En criterio de Ilan Kelman, profesor del University College de Londres, la cifra inicial es importante, pero insuficiente.

“La base de US$100.000 millones al año es útil, pero sigue siendo inferior al 8% del gasto militar declarado en todo el mundo cada año”, apuntó.

Así como Kelman, el resto de los expertos señalan que París apenas un punto de partida.

Un acuerdo que fue llamado histórico, pero también es considerado insuficiente y frágil.

Mucho más si una de las partes con mayor relevancia lo abandona.

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