Omar Arbib, representante de la organización en Marrakech, reclamó, tras conocerse la sentencia, que la pena de dos años “no es suficiente”, y criticó que el juez haya considerado que los hechos sean calificados de “delito, no de crimen”, pues en ese caso la pena habría sido mucho mayor.

En los últimos meses se han repetido en la ciudad de Marrakech y sus alrededores los casos de extranjeros detenidos cuando abusaban o se disponían a abusar de niños menores.

Por ello, organizaciones de defensa de la infancia y de derechos humanos han alertado sobre el hecho de que la ciudad se esté convirtiendo en una especie de destino de “turismo sexual” para adultos europeos y árabes.

Aunque se sospecha que el francés llegó a abusar en su domicilio de once niños, todos retiraron en algún momento las denuncias; solo dos de ellos, por la tenacidad de su madre, la mantuvieron y testificaron contra él.

El padre de los niños, por cuyo caso fue sentenciado hoy el ciudadano francés, al parecer fue cómplice del abusador ya que le facilitó el acceso a sus propios hijos, y los convenció para retirar la denuncia hasta que la madre intervino en sentido contrario y la volvió a presentar.

Por eso, el padre está acusado por “corrupción de menores” y “no asistencia a menores en peligro”, y será juzgado la semana próxima.

Durante las anteriores sesiones judiciales, el francés adujo que prestaba “ayuda humanitaria” a los niños del barrio, y explicó cómo había comprado una bicicleta a uno de ellos o había regalado a una familia un carnero para la Fiesta del Sacrificio.

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