En China los seropositivos son tratados como indeseables.
Para amedrentar a los residentes, este grupo de matones lanzaba con tirachinas bolas de acero contra los cristales de las ventanas de los apartamentos o petardos, precisa la agencia Xinhua.
Los matones fueron contratados por la Yian Real Estate Company, una agencia inmobiliaria, “para lograr demoler rápidamente” la residencia, declaró en un reportaje emitido el lunes por la noche por la televisión china Li Gejun, jefe adjunto de propaganda del distrito de Wolon en la ciudad de Nanyang que se sitúa en la provincia de Henan, donde se produjeron los hechos.
La provincia central de Henan fue escenario de un enorme escándalo de sangre contaminada en los años 1990, que afectó a decenas de miles de personas.
“Estas tácticas obscenas de equipos de demolición se multiplican de forma increíble”, se indignó el martes un internauta en Sina Weibo, el Twitter chino, en referencia a los escándalos en serie en el país relacionados con expulsiones forzosas, con ayuda de matones, para proyectos inmobiliarios.
Los gobiernos locales obtienen enormes beneficios de la reventa a los promotores de terrenos tras la expulsión de residentes, que se resisten a las autoridades y promotores.
Cuatro funcionarios han sido amonestados y cinco sospechosos detenidos, según Xinhua.
El caso es también la última ilustración de los prejuicios sobre los seropositivos en China.
La semana pasada, el ministro chino de Salud tuvo que comprometerse a proporcionar cuidados médicos a Kunkun, un niño seropositivo de ocho años tras la petición de los habitantes que querían expulsarlo del pueblo.