La fiscalía informó que se le atribuyen cargos por “asesinatos terroristas y participación en actividades de un grupo terrorista”.

Un cómplice, “conocido como Monir Ahmed Alaaj, alias Amine Choukri”, detenido en la misma operación policial del viernes en Bruselas, fue inculpado por los mismos cargos.

El abogado de Abdeslam, Sven Mary, confirmó que su cliente estaba en París el día de los ataques.

“Colabora con la justicia belga (…) Desde ahora puedo anunciarles que rechazará su extradición a Francia”, declaró el abogado a los periodistas después de una audición en la sede de la policía federal en Bruselas.

Amid Aberkan, que acogió en su domicilio de la comuna de Molenbeek a los dos fugitivos, ha sido inculpado de “participación en las actividades de un grupo terrorista y encubrimiento de criminales” y al igual que sus dos presuntos cómplices, pasó a detención preventiva.

Herido en una pierna durante la intervención policial, Abdeslam, de 26 años, había sido trasladado al hospital Saint-Pierre de Bruselas, junto a otro cómplice.

El sábado por la mañana, la Policía sacó a los dos hombres del hospital, según el alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur.

Las autoridades belgas no confirmaron adónde fueron trasladados. Pero la sede de la policía judicial en Bruselas se encontraba bajo vigilancia reforzada, según periodistas de la  AFP, lo que da a entender que iban a ser interrogados por los investigadores.

La cadena de televisión flamenca VTM informó que iban a ser transferidos a la cárcel de Brujas  (noroeste), donde hay un servicio medicalizado de alta seguridad.

Antes del domingo, deberán ser presentados ante un juez de instrucción belga, que decidirá si permanecen en arresto provisional.

El presidente francés, Francois Hollande, pidió el viernes que Bélgica lo extradite a Francia lo “más rápidamente posible”. Del lado belga, esta extradición no parece ponerse en duda, según los responsables políticos, aunque se tendrá que respetar el procedimiento judicial.

El consejo nacional de seguridad belga, compuesto por los principales ministros y responsables de seguridad, validó continuar en nivel 3 (de 4) de evaluación de la “amenaza terrorista” en Bélgica, tras un nuevo informe de la OCAM, un organismo independiente que analiza el nivel de amenaza.

Un alivio para las víctimas

La captura con vida de un sospechoso clave de los atentados de París es un alivio para las familias de las víctimas que tendrán derecho a un juicio.

Este arresto es también una victoria para los servicios de inteligencia belgas, saludada desde Washington DC por Barack Obama.

La noche del 13 de noviembre, Salah Abdeslam condujo a los kamikazes hasta el Estadio de Francia. Más tarde, abandonó un cinturón de explosivos en el sur de París y llamó para pedir ayuda a dos amigos de Bruselas. Escapó a tres controles policiales de camino a la capital belga, y su rastro se perdió al día siguiente de los atentados.

Consiguió esconderse hasta que fue localizado el pasado martes en un allanamiento, en principio rutinario, de un apartamento en la comuna de Forest, en la capital belga.

Durante la operación, los policías abatieron a Mohamed Belkaid, un argelino de 35 años, que sería el hombre que transfirió dinero a la prima de Abdelhamid Abaaoud, considerado el cerebro de los atentados.

Pero otros dos hombres consiguieron escapar a esta redada, uno de ellos posiblemente Salah Abdeslam. Este cometió un error fatal al utilizar su celular y llamar a un amigo en Molenbeek para que le facilitara un nuevo escondite, según la televisión RTBF.

Es en esta guarida donde fue capturado. Gritó “soy Salah Abdeslam” a los policías, según los medios locales.

Pero la captura de Salah Abdeslam sólo es una etapa. El presidente francés reveló que se dieron cuenta de que los implicados en los atentados eran “mucho más numerosos que lo pensado en un [primer] momento”.