Internacional

Donald Trump se enfrenta ahora con su jefe de gabinete, John Kelly, por el muro fronterizo

El presidente de EE. UU., Donald Trump, abrió este jueves un enfrentamiento público con su jefe de gabinete, John Kelly, a propósito del muro que quiere levantar en la frontera con México, y refutó las declaraciones del general en las que aseguró que el país vecino no pagaría por la barrera.

Al presidente Trump no les gustaron los comentarios de John Kelly. (Foto Prensa Libre: AFP)

Al presidente Trump no les gustaron los comentarios de John Kelly. (Foto Prensa Libre: AFP)

“El muro será pagado, directa o indirectamente, o a través de un rembolso a largo plazo, por México, que tiene un descabellado superávit comercial con los Estados Unidos de US$71 mil millones”, escribió Trump en un tuit cuando aún no había amanecido en Washington.


“El muro de US$20 mil millones son 'migajas' comparado con lo que gana México de Estados Unidos. ¡Nafta es un mal chiste!”, añadió el mandatario, refiriéndose de nuevo a la posibilidad de que el vecino del sur, que se niega a desembolsar un céntimo para la controvertida barrera, acabe financiándola a través del tratado de libre comercio de América del Norte, en renegociación.

El muro con el que asegura que frenará la inmigración ilegal y la entrada de drogas en Estados Unidos y la renegociación de Nafta, que amenaza cada dos por tres con hacer saltar por los aires, son dos de los grandes símbolos de una presidencia que este sábado cumplirá un año y que ha construido una imagen interna de México más cercana a la de un enemigo que a la de un socio.

El presidente entró en cólera el miércoles tras conocer que Kelly dijo a un grupo de legisladores demócratas hispanos que estaba “desinformado” cuando hizo algunas promesas sobre inmigración en campaña, que su posición ha “evolucionado” y que no habrá muro “por el que México vaya a pagar”.


Esa misma tarde, según publicó The New York Times, recibió llamadas de aliados diciéndole que los comentarios de Kelly socavan su autoridad. Kelly es el segundo jefe de gabinete que tiene el presidente desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2017. Asumió el cargo en julio, dejando para ello el de secretario de Seguridad Nacional, desde el que era el responsable de la seguridad en la frontera que el mandatario quiere tapiar y también de las deportaciones de quienes la cruzan ilegalmente.

Uno de los principales objetivos de Kelly ha sido llevar disciplina a la Casa Blanca, comenzando por el presidente, y en el camino ha ido haciéndose enemigos. Miembros del staff lo han acusado ante Trump de estar aislándolo por los filtros que ha impuesto para acceder a él.


Se refería al acuerdo que negocian republicanos y demócratas para solucionar la situación de más de 700 mil jóvenes indocumentados acogidos a DACA, el programa que Barack Obama aprobó en 2012 para protegerlos de la deportación y que Trump canceló en septiembre.

Trump ha puesto como condición para firmar una ley que proteja a los “dreamers” (soñadores), como se les conoce popularmente, que esta contenga también financiación para su muro.

Las negociaciones sobre el futuro de estos jóvenes están estancadas desde la reunión de la semana pasada que saltó a los titulares por la calificación como “países de mierda” que Trump dio a Haití, El Salvador y las naciones africanas.

A ese encuentro acudió un grupo de legisladores de ambos partidos con un acuerdo que prometía poder ser aprobado en el Congreso pero el mandatario lo rechazó después de pedirles más dinero para el muro del que habían incluido.

Ocho prototipos de barrera están ahora mismo siendo evaluados en la zona fronteriza de San Diego para decidir cuáles se utilizan para tapiar una frontera que tiene ya unos mil kilómetros cerrados por administraciones anteriores.

Trump admitió ya en julio que no pretende cerrarla toda por las barreras naturales existentes y habló de entre mil cien y mil 500 kilómetros a tapiar. Su gran problema es que un año después de llegar a la Casa Blanca aún no ha conseguido que el Congreso apruebe una partida para su financiación.

Intentando asegurarse dinero, vinculó una solución para los “dreamers” a lograr financiación.

El fracaso de las negociaciones sobre los “dreamers” puede llevar además a un shutdown o cierre del Gobierno federal.