Internacional

Golpe de Pinochet: Chile conmemora con disturbios y reclamos

Chile conmemoró el miércoles 40 años del golpe de Estado que instaló la dictadura de Augusto Pinochet, con enfrentamientos con la policía en barrios periféricos, reclamos de cambios y una profunda y dura revisión de su historia.

SANTIAGO – La jornada arrancó y finalizaba con disturbios en barrios periféricos de Santiago, antiguos bastiones de oposición a la dictadura, donde manifestantes levantaron barricadas y se enfrentaron con la policía. Trece policías resultaron heridos en los disturbios, entre ellos el general Rodolfo Pacheco, quien sufrió “una contusión cerebral”, y fue trasladado al hospital de Carabineros la noche del miércoles, según la Policía. Tres autobuses públicos incendiados y una docena de detenidos se sumaban a 68 arrestados y a cinco vehículos quemados de la madrugada.

En poblaciones como la Villa Francia, Lo Hermida y San Bernardo, manifestantes cortaron el tráfico y en algunas zonas, interrumpieron la electricidad y dispararon a la policía, según imágenes de televisión.

En paralelo, un millar de personas se reunieron en las afueras del Estadio Nacional de Santiago para encender velas en recuerdo de las 3 mil 200 víctimas y 38.000 torturados que dejó la dictadura. Con claveles rojos y fotos de desaparecidas, recordaron también a los cerca de 40.000 prisioneros políticos trasladados a este lugar tras el golpe que derrocó al gobierno del socialista Salvador Allende.

Las protestas son tradicionales en esta fecha, cuando en barrios pobres de Santiago pobladores expresan su descontento pero también saquean comercios, en una mezcla de protesta política y delincuencia. Para enfrentarse a estas situaciones, se dispuso el despliegue de 8.000 agentes policiales en Santiago, mientras que colegios, servicios públicos y el comercio cerró sus puertas más temprano de lo habitual, y el centro de la capital lucía casi vació.

Reclamos a cambios

La conmemoración encontró a Chile en medio de reclamos de cambios al sistema político y económico, herencia de la dictadura.

El modelo neoliberal instaurado por Pinochet ha logrado que Chile tenga una reconocida estabilidad económica pero con una enorme desigualdad tras la privatización de la educación, la salud y las pensiones, mientras que en términos políticos, legó una democracia poco representativa. “No son solamente los movimientos sociales los que han dicho basta en 2011, en 2012 o en los años que vienen, sino que ésta es una lucha por la libertad de los pueblos que se viene desarrollando desde hace mucho tiempo”, dijo a la AFP el estudiante Gabriel González.

Los estudiantes iniciaron sus movilizaciones hace dos años para acabar con el sistema educativo instaurado por Pinochet, exigiendo educación gratuita y de calidad como la que había con Allende. “Allende se habría sentido orgulloso de ver los estudiantes en la calle, exigiendo esa educación de calidad y gratuita”, dijo eL miércoles su hija Isabel, senadora del Partido Socialista, durante un acto de homenaje realizado ante una estatua en honor de su padre, hasta donde llegaron cientos de personas.

La fecha estuvo precedida de una profunda revisión del contexto político y de la represión a los opositores durante la dictadura, en programas de televisión, teatro, prensa y otras artes, amplificada en las redes sociales, sobre todo por jóvenes. “Si comparamos este 40 aniversario con el aniversario número 30, no vimos esta eclosión de debates, de reflexión, de documentales y con alto nivel de interés”, dice a la AFP el politólogo de la Universidad del Pacífico, Patricio Guajardo.

“Hay una generación de los nietos de los protagonistas del 73 que se están atreviendo a preguntarle a sus abuelos qué pasó y por qué pasó lo que pasó, y reclaman su derecho a saber y a juzgar de acuerdo a su parámetros morales”, dijo por su parte a AFP el politólogo Cristóbal Bellolio.

Duro análisis de Piñera

El presidente del país, Sebastián Piñera, el primer mandatario de derecha en llegar al gobierno tras el fin del régimen militar en 1990, se desmarcó de la posición del sector político que representa.

Tras una ceremonia religiosa en La Moneda, bombardeada durante la asonada golpista, Piñera reiteró su condena a los responsables directos de la violación de los derechos humanos pero “también de los que pudiendo haber hecho más, porque tenían cargos de responsabilidad, influencia o investidura y simplemente no lo hicieron”.

Anteriormente, calificó de “cómplices pasivos” a políticos de la dictadura y criticó el papel de la prensa oficial de la época y al Poder Judicial, mientras que en una entrevista con la revista Times acusó a Allende “de no respetar los principios democráticos básicos”.

Este miércoles, reiteró sus críticas y dijo que “llegó el tiempo, después de 40 años, no de olvidar, pero sí de superar los traumas del pasado“.

La conmemoración tiene lugar también en un año electoral, en el que la oposición de centro-izquierda ha sacado ventajas del pasado que la confrontó a la cruenta dictadura de Pinochet frente a una derecha que la apoyó.

La exmandataria socialista Michelle Bachelet, hija de un general asesinado por la dictadura y víctima ella misma de torturas, es la favorita para adjudicarse la elección del 17 de noviembre.

Bachelet ha sido parte central de las conmemoraciones, y su contrincante de derecha, Evelyn Matthei, hija de un exmiembro de la junta militar de Pinochet, ha permanecido casi ausente.

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