Internacional

Israel aprueba construcción de 900 viviendas para colonos en Jerusalén Este

Las autoridades israelíes han autorizado la construcción de 900 viviendas para colonos en Jerusalén Este, la parte palestina de la ciudad ocupada y anexionada por Israel, anunció este jueves la onegé anticolonización la Paz Ahora.

Las autoridades israelíes han autorizado la construcción de 900 viviendas para colonos en Jerusalén Este. (Foto Prensa Libre: AFP)

Las autoridades israelíes han autorizado la construcción de 900 viviendas para colonos en Jerusalén Este. (Foto Prensa Libre: AFP)

La decisión se tomó el miércoles, horas antes de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunciara haber conseguido formar una coalición gubernamental, añadió.

Varios responsables palestinos tacharon de “gobierno de colonos” al nuevo ejecutivo de derecha.

Las 900 viviendas se construirán en la colonia de Ramat Shlomo.

La comunidad internacional considera ilegal la colonización, es decir la construcción de viviendas civiles en los territorios ocupados o anexionados por Israel desde 1967, y también un obstáculo para la paz entre israelíes y palestinos.

Netanyahu ha continuado con esta práctica iniciada por sus predecesores, sobre todo en Jerusalén Este, donde los palestinos quieren establecer la capital del Estado al que aspiran. Israel considera a Jerusalén su capital indivisible.

-Regreso de ultraortodoxos al gobierno-

El regreso de partidos ultraortodoxos al gobierno israelí como parte de la nueva coalición del primer ministro, Benjamin Netanyahu, provocará un retroceso en las reformas religiosas y disparará las tensiones internas, consideran los expertos.

Los judíos ultraortodoxos, que constituyen el 10% de una población israelí de 8.3 millones de personas, siempre han tenido una gran influencia en la política nacional.

Con frecuencia llave de gobierno para coaliciones gubernamentales, los partidos ultraortodoxos han logrado una serie de beneficios para su comunidad, tales como la exención del servicio militar y la financiación de su red educativa, al margen de la oficial, centrada en los estudios religiosos.

Estas ventajas han provocado el resentimiento de la mayoría secular israelí, un problema que Netanyahu trató de remediar con una serie de reformas durante los dos últimos años de la anterior legislatura, cuando no había representación ultraortodoxa en el gobierno.

Pero esta vez, Netanyahu ha elegido incluir a dos facciones de esta corriente: Judaísmo Unido de la Torá (UTJ) y Shas – en su coalición a cinco diputados, para un total de 61 de los 120 del Knesset, el parlamento israelí.

Ahora, los expertos aseguran que el gobierno se verá presionado para revertir las últimas reformas, sentando las bases para otra ronda en la batalla sobre la identidad del Estado hebreo.

“Tal y como están las cosas ahora, los cambios que se implementaron en los dos últimos años serán revertidos y cancelados” , afirma Yedidia Stern, profesor de Derecho y experto en Religión y Estado, de la Universidad Bar Ilana.

– Conversiones y ejército –

Stern asegura que Netanyahu ya ha accedido a hacer una serie de concesiones clave para lograr el acuerdo con UTJ.

Por ejemplo, la legislación que facilitaba las normas para la conversión —creada para las 330 mil personas que emigraron desde la antigua Unión Soviética y que no son consideradas judías bajo la ley ortodoxa— serán anuladas.

Una disposición que permitía encarcelar a los hombres ultraortodoxos que evadieran el servicio militar obligatorio (como el resto de la población) , también será retirada y los colegios ultraortodoxos que no enseñen el currículo oficial podrán acceder de nuevo a financiación estatal.

Estos cambios probablemente despierten la indignación de los isrealíes seculares, que acusan a los ultraortodoxos de no contribuir al desarrollo de ese país.

“Una vez más, esto elevará la tensión entre los ultraortodoxos y el resto de la sociedad israelí” , considera Stern. “Será malo para la integración de esta minoría en la sociedad y malo para todos” .

Las concesiones a los ultraortodoxos parecen haber sido el factor fundamental del rechazo del exministro de Exteriores Avigdor Lieberman de participar en el gobierno. Su partido nacionalista, Israel Beitenu, decidió salir de la coalición cinco días después del acuerdo firmado con UTJ.

“El gobierno que se está formando no es un gobierno nacionalista, sino un gobierno oportunista” , criticó Lieberman en ese momento, insistiendo en que pactar con UTJ supondría la “anulación de la mayoría de reformas llevadas a cabo por el anterior gobierno en lo referente a las conversiones y con el objetivo de traer de vuelta a los ultraortodoxos al ejército.”

– La batalla cultural se acerca –

Los activistas seculares recibieron con consternación el acuerdo con los ultraortodoxos.

Esto es “uno de los peores pactos de coalición de la historia” , afirma Shahar Ilan, vicepresidente de Hiddush, un grupo israelí que promueve la libertad religiosa.

Los economistas ven otro problema añadido: la alta tasa de natalidad de los ultraortodoxos unida a su rechazo a entrar en el mercado.

“Estamos creando una situación en la que se invierte muchísimo dinero para animarles a trabajar, (pero) también les estamos pagando para no hacerlo. Si sus tasas de participación no aumentan, la economía israelí se enfrentará a una grave crisis” , asegura Ilan.

El activista prevé asimismo nuevas tensiones en el seno de la sociedad israelí. “Nos dirigimos hacia una batalla cultural” , subraya, añadiendo que las concesiones a los ultraortodoxos también provocarán fricciones entre Israel y los judíos de fuera, especialmente con la comunidad hebrea de Estados Unidos.

-Gobierno “contra la paz”-

El alto responsable palestino Saeb Erakat estimó este jueves que la coalición gubernamental israelí formada in extremis por Benjamin Netanyahu está “contra la paz y la estabilidad en la región” .

“Es un gobierno de guerra” , declaró Erakat, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) .

“Es un gobierno de unión por la guerra y contra la paz y la estabilidad en nuestra región” , dijo.

Netanyahu consiguió el miércoles por la noche, in extremis, formar una coalición gubernamental tras las elecciones legislativas con los nacionalistas y los ultraortodoxos.

Estos acuerdos le aseguran una mayoría mínima de 61 escaños del total de 120 que tiene el Parlamento israelí.

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