Las autoridades aún no determinan quién o quiénes son los responsables de la agresión al animal en un zoológico público.
El nombre del animal se ha convertido en tendencia en la red social Twitter desde ayer con miles de publicaciones.
“Ni en el zoológico están a salvo los animalitos de la delincuencia en El Salvador. Gustavito se debate entre la vida y muerte por ataque”, apuntó el usuario @MauricioPCN19, que relacionó el ataque con la ola de violencia que vive el país centroamericano.
La cuenta @anamabelq mostró su “tristeza” por “el destino que vino a tener el indefenso hipopótamo Gustavito, que llegó a nuestro país desde Guatemala”.
Además de lamentar el atentado contra el hipopótamo los internautas cuestionaron la seguridad del recinto y pidieron el cierre del único zoológico público salvadoreño.
“Por #Gustavito y todos los demás animales #CierreDefinitivo al #zoológico de #ElSalvador”, publicó la usuaria @MayraArana, petición que también ha tenido eco en la red social Facebook.
Este tipo de reacciones se registraron luego de que la Secretaría de Cultura de la Presidencia (Secultura) anunció el cierre temporal del Zoológico Nacional para atender al mamífero.
No es la primera vez que el cuidado de los animales en el zoológico salvadoreño es cuestionado, similares opiniones se dieron con la muerte del hipopótamo Alfredito, el deceso de una cobra, un borrego y un cachorro de león africano desde inicios de la década del 2000.
La Secultura detalló el sábado que desde el pasado 22 de febrero “se observó que el hipopótamo no mostró su conducta habitual, pasó sumergido en la piscina del recinto y no consumió los alimentos” y presenta “hematomas, laceraciones en la cabeza y cuerpo”.
También explicó que las heridas fueron hechas “con objetos contundentes y cortopunzantes por personas desconocidas e inescrupulosas”, reportes de la prensa local señalan fue golpeado con hierros y apuñalado con “picahielos”.
Gustavito llegó a El Salvador en octubre del 2004, tres meses después de la muerte de Alfredito, hipopótamo que vivió durante más de 28 años en el único zoológico público del país centroamericano.
