Internacional

Opositores celebran apertura de proceso de juicio contra Rousseff

 Apenas se supo que el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, había aceptado un pedido de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff, las redes sociales se llenaron de reacciones divididas entre celebraciones de la oposición y  acusaciones de golpismo del lado oficialista.

Uno de los primeros en manifestarse fue el propio Cunha, que publicó una imagen en la red Twitter con un mensaje directo: “Impeachment acogido” . Al cartel le acompañaba también un texto escrito por el equipo del legislador.

    “Atendiendo la petición de las calles, el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, acogió el pedido de #impeachment de údilmabr” , afirmaba el tuit que fue reproducido en 3.300 ocasiones hasta el momento.

    Un mensaje similar aparecía en la página de Facebook del poderoso legislador del mayor partido político brasileño, el PMDB  (Partido del Movimento Democrático Brasileño, centro-derecha) , donde fue compartido más de 48.500 veces y recibió el apoyo de unos 53.200 internautas.  

El líder de la principal fuerza de oposición, el senador Aecio Neves, también usó las redes para mostrar su satisfacción con la apertura de esta acción que podría derivar, tras un largo y complejo proceso, en la destitución de su contrincante, y vencedora por un margen de apenas 3% en las elecciones presidenciales del año pasado.

    “Apoyo la propuesta de impeachment. El Congreso no hace nada que no esté en sintonía con la población” , escribió el líder del PSDB  (Partido de la Socialdemocracia Brasileña) .

Y añadió: “La ley en Brasil es para ser cumplida por todos, en especial por la presidenta de la República” .

    Menos contenidos se mostraron los movimientos organizadores de las masivas protestas que recorrieron las calles de Brasil para pedir la destitución de Rousseff, que llamaron a sus seguidores a salir de nuevo para celebrar la decisión de Eduardo Cunha.

    La propia presidenta, que afirmó ante los medios que tiene la “convicción y la absoluta tranquilidad en cuanto a la total improcedencia de ese pedido” , utilizó internet para destacar un trecho de su declaración.

    “Mi pasado y mi presente atestan mi idoneidad y mi incuestionable compromiso con las leyes y la cuestión pública” , se leía en un mensaje compartido alrededor de 3.100 veces y apoyado por unos 16.500 internautas hasta ahora.

    Junto al texto publicado en la cuenta oficial de Facebook de la presidenta de Brasil, que es seguida por más de 2,5 millones de usuarios, podía verse el fragmento de la comparecencia en la que Rousseff se refirió a las acusaciones de corrupción que enfrenta Eduardo Cunha.  

Aunque el presidente del gobernante Partido de los Trabajadores  (PT, izquierda) , Rui Falcao, dio un paso más en su cuenta de Twitter.

    “Golpistas no pasarán! #Nohabrágolpe #Dilmasequeda” , afirmó el líder del partido que gobierna Brasil desde 2003.

En la misma línea también había reaccionado el ministro de Trabajo, Miguel Rosetto, a través de un comunicado.

    “Una irresponsabilidad con ese país y un tentativa de golpe que será derrotada” , valoró sobre la apertura del proceso.

    En la noche del miércoles recién pasado, que marcará la vida política de Brasil en los próximos meses, los temas más comentados en Twitter eran Cunha y, en tercer lugar, Se a Dilma  (si Dilma, en español) , donde los internatutas realizaban pronósticos, en su mayoría humorísticos e irónicos, sobre el futuro político de ese  país.

Buscan frenar juicio

Legisladores oficialistas de Brasil buscarán frenar este jueves en la Corte Suprema el pedido de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff por adulteración de las cuentas públicas, dijo a la  AFP  el diputado Paulo Pimenta.

    Diputados del gobernante Partido de los Trabajadores  (PT, izquierda) salieron en defensa de la atribulada mandataria cuya gobernabilidad quedó en jaque, y preparan una presentación ante el máximo tribunal para cuestionar la decisión del presidente de la cámara baja, Eduardo Cunha, de aceptar una solicitud de juicio político contra Rousseff horas antes de que la presente ante el plenario.

    “Estamos estudiando una serie de medidas que tienen por objeto impedir la instalación del proceso (…) Vamos a presentarlas a la corte, por abuso de poder (de parte de Cunha) y utilización de la estructura del Poder Legislativo para defenderse” , dijo Pimenta.

    Cunha, enemigo declarado de Rousseff, fue acusado por la fiscalía de la república por el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras y está en la mira del Consejo de Ética de la cámara que preside, que podría iniciarle una investigación por ocultar unas cuentas millonarias en Suiza alimentadas presuntamente con dinero de la estafa a Petrobras.

    La propia mandataria dijo en la noche del miércoles que el diputado evángelico que este año se convirtió en su némesis política estaba usando una herramienta constitucional para proteger intereses propios, al haber aceptado uno de los muchos pedidos de impeachment que estaban en el Congreso el mismo día que el PT anunció que apoyaría la investigación en su contra.

    Se espera que durante el día, Cunha inicie al proceso leyendo la acusación sobre una supuesta manipulación ilegal para mejorar las cuentas públicas y ordene la formación de una comisión especial de diputados que evaluará si el caso debe proseguir o ser archivado.

    Una vez formado en 48 horas, ese cuerpo legislativo de 66 miembros de todas las fuerzas que están en la cámara, deberá elegir un presidente y un conductor del proceso. A partir de allí, Rousseff, quien dijo estar “indignada”  por la acusación, tendrá 10 sesiones para defenderse.

Luego, la comisión deliberará durante cinco sesiones y votará el parecer de Cunha, que será enviado al plenario. Para aprobar el proceso y permitir la apertura del juicio político en el Senado, se requiere el voto de 342 de los 513 diputados que tiene la cámara. Rousseff, por su lado, precisa el apoyo de un tercio más uno de los diputados  (172) para que se archive el pedido.

    Ese número está ahora en el centro de la lucha política que decidirá el futuro inmediato de Brasil, sumido en una severa recesión económica que podría ser la más extensa desde 1930-31 y con una presidenta fragilizada que tiene apenas un 10% de apoyo a su gestión.

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