Este lunes, unos 130 pescadores del municipio de Tlajomulco (Jalisco, oeste) seguían sacando del agua los peces inertes, ayudándose con palas, carretas y camiones contenedores, para luego verterlos en fosas. Hasta el momento han extraído 53 toneladas, informó la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco (Semadet) , que participa de las obras.
“La verdad no queremos que crezca este problema porque nos quedamos en la calle. De hecho, desde el sábado dejamos de pescar con la emergencia“, dijo Rigoberto Díaz, uno de los pescadores que teme que la ola de muerte se extienda a otras especies, como las tilapias o mojarras, que a diferencia de las “popochas” sí son de consumo humano.
“Nos dijeron que nos va a apoyar el gobierno del estado, y pues no sabemos cuándo podamos volver a pescar“, advirtió Mauro Hernán, otro de los pescadores que se queja de no haber obtenido un veredicto final sobre la causa del desastre por parte de las autoridades.
– Fenómeno recurrente, versiones opuestas
El domingo último, la Semadet informó sobre el estado de contingencia ambiental en la laguna, “dadas las implicaciones tanto de calidad ambiental como de salud pública“.
Magdalena Ruiz, titular de esa dependencia, calificó el desastre natural de “grave“, y este lunes aseguró que “no se puede negar (que existe) contaminación” por negligencia en plantas de tratamiento de aguas residuales, al explicar que se trata del cuarto episodio de muerte masiva de peces en la laguna durante este año.
Sin embargo, el gobierno local de Tlajomulco -al sur de Guadalajara, segunda ciudad más importante de México- tiene otro parecer.
“Hasta este momento no existe ninguna certeza de que las causas de mortandad sean distintas a las de un fenómeno cíclico por variaciones de temperatura y disminución de oxígeno“, aseguró el ayuntamiento a través de un escueto comunicado.
Los pescadores se aferran en su mayoría a la versión del gobierno de Tlajomulco, argumentando que si se tratara de un caso de contaminación, todas las especies de la laguna se verían afectadas.
De su lado, el gobierno de Jalisco se mantiene reticente a que las causas del desastre sean naturales, por lo que anunció sanciones y denuncias contra los posibles responsables.
Las autoridades han recabado muestras de agua y peces muertos para que sean analizados por la Comisión Estatal del Agua y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, mientras la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente revisa las plantas de tratamiento de aguas residuales en el lugar.
En julio del año pasado, también en Jalisco pero en el municipio de Acatlán de Juárez, al menos 500 toneladas de peces murieron por asfixia luego que una empresa que no tenía permisos para operar vertió cientos de litros de melaza, un derivado de la caña de azúcar que acabó con el oxígeno del agua.