El Partido Popular, al que pertenece Rajoy, fue el que más escaños consiguió en el Congreso, pero no los necesarios para tener mayoría.       

El sistema electoral español indica que tras las elecciones, la primera sesión de investidura requiere un apoyo de mayoría absoluta  (la mitad de los parlamentarios más uno) para nombrar un presidente.

Si no lo logra, hay una segunda sesión dos días más tarde en la que sólo hace falta mayoría simple. Si después de dos meses nadie ha conseguido formar gobierno, el rey Felipe VI, jefe del Estado, puede convocar nuevas elecciones.

Tradicionalmente, el monarca invita al ganador de las elecciones a formar gobierno, pero puede optar por otros dirigentes si ellos pueden ofrecer una opción más estable.       

El nominado debe ganar un voto de confianza en el parlamento a fin de poder asumir el cargo de jefe de gobierno, pero hasta ahora ningún candidato ha recaudado el apoyo suficiente.        

Si el tema no se resuelve en dos meses a partir de la primera votación, se debe convocar a nuevas elecciones.       

El PP de Rajoy obtuvo 123 escaños, pero eso no forma mayoría en el parlamento de 350 miembros.

La oposición socialista recaudó 90 escaños, seguida por el izquierdista Podemos y sus aliados con 69, y el centrista Ciudadanos con 40.

Los otros 28 escaños fueron a seis partidos menores.       

España necesita un nuevo gobierno

El jefe del gobierno español saliente, el conservador Mariano Rajoy, pidió el lunes que se forme un nuevo ejecutivo “con la mayor celeridad posible”  para evitar que la incertidumbre política repercuta en el rumbo económico.

    “Toda la incertidumbre política afecta. Por eso es tan importante que nos concentremos en lo que realmente tiene trascendencia y lo que realmente tiene trascendencia es (que) este país necesita tener un gobierno con la mayor celeridad posible” , declaró Rajoy en una entrevista en la radio pública RNE.

    El Partido Popular de Mariano Rajoy  (derecha) , en el gobierno desde finales de 2011, ganó las elecciones legislativas del 20 de diciembre pero, con solo 28,7% de los votos y 123 sobre 350 escaños, necesita el apoyo o la abstención de los socialistas  (90 escaños y 22% de los sufragios) para seguir en el poder.

    Pero pasado un mes de las elecciones, la situación parece bloqueada. El gobierno en funciones, explicó una fuente gubernamental, no puede afrontar gastos no presupuestados, ni realizar proposiciones de ley, solo puede gestionar los asuntos corrientes de gobierno.

    “No es no” , le respondió este mismo lunes Pedro Sánchez, el líder de la oposición socialista.

Desde los comicios, Sánchez rechazó constantemente una alianza con los conservadores, apostando por una gran coalición de izquierdas con la tercera fuerza política Podemos  (izquierda radical) y el apoyo de nacionalistas e independentistas vascos o catalanes.

Esta opción tampoco prospera de momento por las exigencias de sus posibles aliados. Podemos reclama que sus aliados regionales en Galicia  (norte) , Valencia  (este) y Cataluña  (noreste) –con 27 diputados en el Congreso — puedan formar grupos parlamentarios separados, representando la “diversidad”  de España.

    La situación política de la cuarta economía de la zona euro empieza a preocupar. “Desearía que España se dote lo más rápidamente posible –dado que se trata de un miembro de la zona euro– de un gobierno estable” , declaró el viernes el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker.

    Rajoy debería intentar su investidura en la última semana de enero o la primera de febrero, una vez el rey Felipe VI, que esta semana se reúne con los diferentes partidos, le encargue la formación de un gobierno.