Internacional

Salvadoreña huye a EE. UU. por pandillas antes que Trump asuma

Ana Zelaya vive aterrorizada por el acoso que sufren sus hijos con las pandillas que controlan su barrio y está decidida a llevárselos a Estados Unidos.

Una niña observa en la puerta de una vivienda que fue pintada por pandilleros en Soyapanago, El Salvador. (Foto Prensa Libre: AP).

Una niña observa en la puerta de una vivienda que fue pintada por pandilleros en Soyapanago, El Salvador. (Foto Prensa Libre: AP).

Zelaya tiene la esperanza de llegar antes que el presidente electo, Donald Trump, levante el muro que prometió para frenar el ingreso de indocumentados como ella.

La mujer de 42 años, secretaria en una casa comercial, es madre de Diego de 15 años y Josué de 9, y vive en una colonia en el sur de San Salvador dominada por la temible Mara Salvatrucha.

“Es un miedo terrible, no quiero que a mis hijos les pase algo. Los mareros me los acosan para que se metan a la pandilla y eso ya no lo aguanto. Me voy de este país”, declaró Zelaya, secándose las lágrimas.

Diego recién terminó el octavo grado y Josué el segundo en una escuela en la ciudad de San Marcos, al sur de la capital.

Su esposo hace ocho años se marchó a Estados Unidos y les ha mandado parte del dinero para el viaje.


Espera salir en pocos días y lo único que llevarán consigo son tres mochilas con ropa, como les exigió el “coyote”, o traficante de indocumentados, que los guiará en el camino. Ana no quiso revelar el costo de sus servicios.

“El coyote es conocido nuestro, él fue quien se llevó a mi esposo hasta Estados Unidos. Por supuesto que da miedo hacer el viaje, pero prefiero eso a ver que a mis hijos me los maten”, admitió Zelaya, tras recordar a un joven de su colonia que fue asesinado por negarse a ser parte de la pandilla.

Antes que haya muro

Zelaya estuvo atenta a las elecciones estadounidenses y siempre le simpatizó la candidata demócrata Hillary Clinton, pero nunca se le ocurrió pensar que el republicano Donald Trump sería el presidente electo de Estados Unidos.

“Este señor es el que dijo que iba a construir un muro en la frontera con México para que ya no pasen los indocumentados, así que mejor nos vamos antes que se haga presidente y mande a construir el muro”, agrega Ana, quien vendió el menaje de su hogar para juntar dinero para el viaje.

Según organizaciones de defensa de los migrantes, por lo menos 200 salvadoreños emprenden diariamente el camino, en forma indocumentada, hacia Estados Unidos, y muchos de ellos son devueltos al ser capturados cuando intentan ingresar al país norteamericano.

Cifras de la Dirección General de Migración indican que entre enero y octubre pasados fueron deportados desde Estados Unidos 17 mil 320 salvadoreños.

Deportado pero se “retacha”

Ese fue el caso de Roberto de Jesús Villatoro, de 48 años, quien vivió en California los últimos 15 años, pero fue deportado dos meses atrás, y con un tono dudoso comentó que su error fue reincidir en faltas de tránsito.

El hombre robusto, de piel blanca, que trabajaba en la industria de la construcción, aseguró que volverá a marcharse como indocumentado a Estados Unidos y “muy seguramente” se llevará con él a su hijo Miguel Roberto, de 17 años.

“Yo me retacho (devuelvo), no me quedo aquí. Allá no esta fácil la cosa, pero hay oportunidades para mí y mi hijo”, sostuvo Villatoro, cuya esposa quedó en Estados Unidos.

En Estados Unidos reside la mayoría de los tres millones de salvadoreños radicados en el exterior y que, con el envío de las remesas, son un pilar de la economía salvadoreña.

De enero a setiembre pasados, El Salvador recibió 3.337,2 millones de dólares en concepto de remesas familiares, equivalente a alrededor de 16% de su producto interno bruto.

ESCRITO POR: