Internacional

Yemen está al borde de una guerra civil

Los acontecimientos en Yemen están empujando a ese país "al borde de una guerra civil", alertó el domingo el enviado especial de la ONU en Yemen, que llamó a los partidos a resolver sus tensiones pacíficamente.

Fuerzas leales del presidente de Ymene, Abed Rabbo Mansour Hadi, patrullan Adén, ciudad a donde huyó el mandatario. (Foto Prensa Libre: AP)

Fuerzas leales del presidente de Ymene, Abed Rabbo Mansour Hadi, patrullan Adén, ciudad a donde huyó el mandatario. (Foto Prensa Libre: AP)

Asimismo, el Consejo de Seguridad de la ONU publicó una declaración unánime de apoyo al presidente de Yemen, Abd Rabo Mansur Hadi, en su combate a las milicias chiitas hutíes, durante una reunión de urgencia en Nueva York.

“El Consejo de Seguridad reafirma su fuerte compromiso con la unidad, soberanía, independencia e integridad territorial de Yemen y su compromiso para apoyar al pueblo de Yemen”, declararon los 15 miembros del Consejo.

El empobrecido Yemen ha caído en el caos después de que las milicias hutíes tomasen el control de Saná y obligaran al presidente Hadi a huir a la ciudad de Adén (sur).

“Los recientes acontecimientos parecen haber llevado a Yemen al borde de una guerra civil”, dijo el enviado de Naciones Unidas Jamal Benomar, quien se dirigió al Congreso a través de una videoconferencia desde Qatar.

Benomar, quien intentó mediar durante meses en el conflicto, avisó que si no se dan algunos pasos de inmediato “el país caerá en más y más violencia” y corre el riesgo de “fracturarse”.

“El diálogo pacífico es el único camino”, agregó.

Por su parte, el Consejo “apoya la legitimidad del presidente Abd Rabo Mansur Hadi” y llama a todos los actores de esta crisis a “abstenerse de toda acción que perjudique esta legitimidad” y la unidad de Yemen.

Sobre el terreno, la milicia chiita está aliada con militares fieles al expresidente yemení Ali Abdalá Saleh, quien, tres años después de haber abandonado el poder, sigue teniendo mucha influencia en las Fuerzas Armadas.

Huye a Adén

Saleh fue presidente de Yemen entre 1978 y 2012.

Mientras, los hutíes intentan ampliar su control sobre el país avanzando hacia el sur, tras haber tomado ya la capital Saná, de donde tuvo que huir Hadi.

Desde la insurrección del 2011, que propició la caída del presidente Alí Abdalá Saleh, el poder se lo disputan dos potentes grupos militar-religiosos.

El primero, el movimiento Ansarualá, recluta a miembros de la comunidad zaidita, una rama del chiismo que representa a un tercio de la población de Yemen.

Este grupo, inspirado en el Hizbulá libanés, se concentró en Saná, la capital, en septiembre de 2014 y extendió su influencia. Se apoderó de la capital el 6 de febrero.

Dirigido por Abdel Malek al Huti, es sospechoso de querer restablecer el régimen real del imanato (dirigido por imanes) zaidita abolido en 1962.

Al Qaida en la península arábiga (AQPA) –el otro grupo--, fruto de la fusión de las ramas saudita y yemení de la red sunita, está considerado por Estados Unidos como uno de los más peligrosos grupos yihadistas.

Está muy presente en el sur y en el sureste

AQPA reivindicó el atentado del 7 de enero contra la redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdo.

Reclutando a sunitas y actuando a veces en cooperación con tribus hostiles a Ansarualá, AQPA ha reivindicado desde septiembre numerosos atentados antichiitas.

Ambos grupos se disputan el poder en Yemen

El presidente tiene, por su parte, el apoyo de las monarquías sunitas del Golfo, entre ellas Arabia Saudita.

La creciente inseguridad ha llevado a Estados Unidos a evacuar su embajada y su tropa de una base aérea del sur del país tras el cuádruple atentado del viernes, que dejó 142 muertos.

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