El niño fue diagnosticado seropositivo en 2011. Entonces, quien desapareció fue su padre, quedando al cuidado de uno de sus abuelos.

Pero, incluso este último figura entre los 200 signatarios de la población de Shufangya, en la provincia de Sichuan (suroeste), que piden su expulsión para “proteger la salud” de sus habitantes, informa el diario oficialista Global Times.

Tras ser diagnosticado, a Kunkun se le prohibió asistir a la escuela y los aldeanos huyen de él como de un apestado, de la misma manera que los serpositivos suelen ser estigmatizados en China. “Nadie juega conmigo, lo hago por completo solo”, declaró el niño, citado por people.com.cn, portal del oficialista Diario del Pueblo, según el cual, en la petición de los aldeanos, es calificado como uan “bomba de tiempo”.

“Él es inocente, no es más que un niño”, afirma por su parte el líder del Partido en la aldea, Wang Yishu. “Pero su VIH y el sida nos provocan miedo”, se justifica en unas declaraciones a la web.

El caso de Kunkun es el más fervientemente debatido este jueves en Weibo, el equivalente chino de Twitter, mostrándose muchos de los participantes aterrados por la falta de compasión de sus compatriotas. “¿Cómo ha podido ser tan despiadadamente ignorado?”, se interrogaba un internauta. “Es porque la población china no tiene acceso a una educación suficiente, de allí la ignorancia y el pánico”, responde otro.