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“La madre más odiada” de EE. UU. reaparece nueve años después

Casey Anthony sabe que mucha gente en Estados Unidos cree que mató a su hija de dos años a pesar de que fue absuelta. Casi nueve años después, insiste en que es inocente y en que no sabe qué sucedió en las últimas horas de su pequeña.

Casey Anthony, de 30 años, lleva una vida normal en West Palm Beach, Florida. (Foto Prensa Libre: AP)

Casey Anthony, de 30 años, lleva una vida normal en West Palm Beach, Florida. (Foto Prensa Libre: AP)

“Caylee tendría 12 años ahora. Y sería tremenda”, declaró Anthony en una entrevista exclusiva a Associated Press en una serie de entrevistas exclusivas.

Habla en un tono sombrío y afirma: “Todavía no sé lo que pasó”.

“A juzgar por lo que dijo la prensa”, expresó Anthony, de 30 años, aludiendo a la conmoción generada por el hecho de que no denunció la desaparición de su hija por un mes y al argumento de la defensa de que la niña se ahogó accidentalmente, sin que hubiera testigos, “comprendo las razones por las que la gente piensa lo que piensa de mí”.

Esta fue la primera vez que Anthony habló con medios de prensa desde la muerte de su hija. Sus respuestas fueron reveladoras, extrañas y a menudo contradictorias, y generaron más interrogantes sobre el caso que tuvo en vilo a todo ese país.

Nueve años después 

Han pasado casi nueve años desde la desaparición de Caylee y seis desde que la madre fue exonerada en un juicio en Orlando, Florida. El juicio fue un verdadero circo, transmitido en vivo por canales de cable, y el caso generó más atención todavía cuando una comentarista de HLN, Nancy Grace, describió a Anthony como “la madre más odiada de Estados Unidos”.

Se supone que la niña fue vista por última vez el 16 de junio del 2008 y la denuncia de su desaparición fue hecha un mes después, el 15 de julio. Al día siguiente, Casey Anthony fue detenida y acusada de haber actuado con negligencia. Ella le dijo a la Policía que Caylee había desaparecido cuando estaba con su niñera.

Un hombre que trabajaba en una zona boscosa cerca de la casa de Anthony el 11 de diciembre encontró los que resultaron ser los restos de Caylee. Expertos declararon que en el baúl del auto de Anthony habían encontrado trazos de un ser humano en estado de descomposición.

Declarada inocente

Los fiscales demostraron que Casey Anthony mentía, pero no convencieron al jurado de que había matado a su hija más allá de toda duda. No dijeron cómo murió la niña ni pudieron encontrar el ADN de la madre en la cinta adhesiva usada para sofocarla. Al cabo de un juicio que duró más de un mes y medio, el jurado se tomó menos de 11 horas para declarar a Anthony inocente.

Fue hallada culpable de cuatro cargos de mentir a la Policía (dos de los cuales fueron posteriormente anulados) y estuvo presa tres años a la espera de un juicio.

Anthony admite que le mintió a la Policía: cuando dijo que estaba empleada en los Universal Studios, cuando dijo que la niña había quedado con la niñera y cuando afirmó haber recibido una llamada de Caylee el día antes de que se denunció su desaparición.

En el juicio, el principal abogado de la defensa, José Báez, dijo que la niña se había ahogado y que el padre de Casey, George Anthony, había ayudado a tapar todo. Sostuvo además que había abusado sexualmente de su hija. El padre negó tajantemente las acusaciones.

Cuando se le preguntó por la teoría de que la niña se había ahogado, Casey dudó un momento. “Todos tienen sus teorías. No sé. Aún hoy no sé lo que pasó. La última vez que vi a mi hija pensé que estaba viva y que iba a estar bien, eso es lo que se me dijo”.

En bancarrota

Anthony vive en el sur de la Florida, en la casa de Patrick McKenna, un detective privado que contrató la defensa. Trabaja para él, haciendo investigaciones en las redes sociales y otras cosas del mismo campo. McKenna fue también el principal investigador de OJ Simpson en el juicio que se le siguió al astro del fútbol americano por el asesinato de su esposa, en el cual fue exonerado. Anthony dijo que le había fascinado el caso de Simpson y que había “muchos paralelos” con el suyo.

Anthony fue vista por periodista de AP durante una protesta contra el presidente Donald Trump en Palm Beach. Poco después, mencionó un caso de bancarrota en el que está envuelta desde el 2013.

“Durante mi bancarrota, los derechos de mi historia fueron adquiridos por una empresa en US$25 mil para proteger mis intereses. Sin la autorización escrita de esa compañía, tengo prohibido hablar en público de mi caso”.

Agregó que había violado un acuerdo de confidencialidad con su patrón y que sigue a disposición de la justicia en el caso de bancarrota.

A pesar de todo, participó en cinco sesiones de preguntas sin condicionamientos, muchas de ellas grabadas, a lo largo de una semana.

Sufre yendo al supermercado ante la posibilidad de ver fotos de su hija en la tapa de algún tabloide. Las paredes de su habitación están decoradas con fotos de Caylee y lagrimea cuando muestra dibujos de su hija.

De vez en cuando va a un bar con amigos. Pero pronto circula la noticia de que está allí y la gente empieza a susurrar y a sacar fotos. Ella se encamina a su nueva camioneta y se va a su casa, sola. 

Anthony asume una actitud desafiante hacia su condición de paria.

“Me importa un comino lo que la gente piensa de mí”, afirmó. “Estoy en paz conmigo misma, duermo bien de noche”.

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