Revista D

Las nuevas tonadas de Magda Angélica

La cantante prepara su siguiente sencillo y explora otras fusiones musicales.

La cantante tiene programado lanzar tres sencillos este año.(Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

La cantante tiene programado lanzar tres sencillos este año.(Foto Prensa Libre: Álvaro Interiano)

Magda Angélica es investigadora y profesora de la Universidad Rafael Landívar. Su tiempo lo divide entre sus quehaceres académicos, criar a su hija trigueña de nueve años y los preparativos de su sexto disco.

Después de ganar el premio a la mejor interpretación y el mejor video con el tema Abuela sangre, en el Festival Internacional de la canción en Paraguay, y el primer lugar en la categoría de audiovisual en Punta del Este, Uruguay, en octubre del año pasado, ahora se alista para lanzar su siguiente sencillo: Libélula.

La canción es autoría de Magda Angélica, en la que Rebeca Lane, también cantante guatemalteca, quien ha destacado por su producción en el campo del hip hop,” hace el feat de rap”, explica la compositora.

Más sorpresas

Otro de los proyectos que tiene previstos para este año es interpretar con Gustavo Tavo Bárcenas Tomar tu mano.
Y un tercer sencillo será Mi raíz, producido por Francisco Páez, de Malacates Trébol Shop.

Después de incursionar en el género del world music o etno fusión, Magda Angélica se sumerge “en una amalgama con estilos diferentes”, como ella describe su trabajo.

Las primeras etapas de cada proyecto, por ejemplo, el de la grabación de los dos discos anteriores, no han estado exentos de la opinión de detractores.

“A veces ha habido cierta crítica porque fenotípicamente no soy maya”, dice Magda Angélica, quien es hija y nieta de alemanas y fue criada por dos mujeres kaqchikeles.

El género que la cantautora ha cultivado hasta ahora es el que se define como “música puente”, porque desarrolla acercamientos entre pensamientos y culturas distintas.

“La música nos permite entrar a otro estadio donde la confrontación no es lo que priva”, explica la artista, quien prepara su tesis del doctorado en Historia de América Latina y mundos indígenas, de la universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, España.

Durante cuatro años y medio, del 2002 al 2006, vivió en México donde además de estudiar canto, tuvo contacto con integrantes de la cultura mexica.

Fue en el Distrito Federal donde grabó su segundo disco Tejedora de sueños, con el sello Antídoto, que es un espacio abierto para las nuevas tendencias de bandas y cuyo lema es “música con sustancia”.

“Es un desafío abrir un camino a una propuesta propia. En nuestro país las clases de Música y Arte son consideradas como un recreo. Desde pequeños nos mal forman en esa vivencia”, afirma la autora de Latido de montaña, (2007), Danza de la Luna (2006) y Flor de agua (2005).

Abrir el corazón

Después de ganar los dos festivales internacionales las puertas se han abierto para hacer duetos con Sol Ruiz, de España; Óscar Caballero, de Colombia y Kam Williams, de Panamá.

En la búsqueda de su propio camino, a veces, vuelve a casa desalentada. Fue en una de esas ocasiones que Lluvia, su hija la miró fijamente y le dijo: “Tu problema es que encarcelas el corazón y dejas libre tu mente. ¿Por qué no pruebas a dejar libre tu corazón?”, le preguntó.

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