Christina crió desde pequeña a Raven, una tamaskan siberiana -raza de perro originaria de Finlandia-, pero siempre supo que quería educar a su can a convivir con un gato.
“Raven no tenía con quién jugar y se mantenía un tanto triste”, relató Christina al portal The Dodo. Es por ello que visitó el refugio de animales Lubbock, Texas, para conseguirle un compañero.
Christina dejó que Raven escogiera quién sería este nuevo compañero y fue cuando encontró a Woodhouse, un gato que fue rescatado y esperaba ser adoptado. “La conexión que tuvieron en el principio determinó que se iban a llevar muy bien”, comentó.
Luego de un año Raven y Woodhouse han compartido grandes momentos que han sido compartidos en fotografías y videos en Instagram.
La cuenta raven_and_woodhouse cuenta con más de 30 mil seguidores. Los usuarios han comentado en cada una de las publicaciones que muestran las aventuras de estas dos inseparables mascotas.