Revista D

Mercedes Escobar retoma los escenarios con una gira internacional

Después de un receso la cantautora guatemalteca retoma sus proyectos, ofrecerá una presentación en la capital antes de comenzar un tour por ciudades de estadounidenses y mexicanas.

Ha compartido escenario con Gaby Moreno y Rubén Albarrán (Café Tacvba). Su mascota se llama Mosca, la cual adoptó en un refugio. (Foto Prensa Libre: José Luis Escobar).

Ha compartido escenario con Gaby Moreno y Rubén Albarrán (Café Tacvba). Su mascota se llama Mosca, la cual adoptó en un refugio. (Foto Prensa Libre: José Luis Escobar).

Hay algo imposible de pasar por alto para todo asistente a los conciertos de Mercedes Escobar. Es su voz.
La cantante es enérgica en los escenarios y consigue tonos que la acercan al estilo que dio a conocer a Janis Joplin. En ocasiones, cuenta, también le han dicho que su timbre les recuerda a la argentina Mercedes Sosa o la peruana Yma Sumac.
Reducir el talento de Mercedes a los altibajos que logra con sus cuerdas vocales es limitar su potencial. Imitar no es lo suyo, antes, busca imprimir su  sello. Y es lo que ha hecho desde el 2001, cuando comenzó su recorrido por la escena musical local, presentándose en cafés, bares y restaurantes de la capital y, sobre todo, en Antigua Guatemala, donde incursionó en el 2009 y se  estableció en el 2012. Es además compositora y guitarrista. En el pasado tomó clases de acordeón y se interesa por la guitarra eléctrica.
“Nunca me han dicho que canto horrible pero más de alguno lo habrá pensado”, indica, y ríe. Así como hay colores para todos los gustos, tiene claro que pueden haber personas a quienes no les agrada su propuesta. Lo principal, comenta, es complacer a los que sí buscan su música, pues es a su público y finalmente a ella, a quienes se debe. “No hago esto para volverme millonaria, lo hago porque es lo que creo y quiero”.
Esa postura la lleva a componer en diferentes géneros.  “Soy polifacética”, afirma, por ello se mueve con total libertad en el blues, el folk y el country, y no concibe la idea de encasillarse en uno solo, ni la de sucumbir ante el márquetin que sabe vender un determinado estilo solo por asegurar ganancias económicas.


Por ello, dar título a su primer EP, The Blue Devil, fue un reto porque cada tema es distinto, tanto en contenido como en estilo musical, por lo que uno solo no podía representar al resto. “Por eso no escogí el nombre de ninguna canción para entitularlo”, señala. El material lo produjo en el 2014 en Winslow Ct Studios, en Los Ángeles, pero comenzó a promoverlo en el 2016 con el video del sencillo Sangre negra, el único de los cinco temas en español, todos de su autoría.
Si la música no bautizó el álbum ¿qué lo hizo? Mercedes halló en la literatura la analogía ideal. Los libros están a su alrededor casi de la misma manera que lo ha hecho la música. A los seis años tomó su primer curso, cuando el acordeón llamó su atención. El hábito de la lectura la acompaña desde las primeras lecciones del idioma y, no solo en el materno, pues  domina el inglés.
“No hay problema si por el tráfico vendrás tarde. Usualmente leo por las mañanas y puedo esperar unos minutos más. Cuando estés cerca de Antigua, me avisas y llego al punto de encuentro”, dijo la ocasión que nos reunimos.
El estadounidense Tennessee Williams y el mexicano Juan Rulfo son dos autores por los cuales se decantó. Del segundo aprecia las imágenes que desde la adolescencia se impregnaron en su mente luego de leer Pedro Páramo, “porque me recuerdan las  zonas desérticas de Zacapa, que visité mucho cuando era niña”. El realismo mágico es algo que mezcló en Sangre negra, en la que son protagonistas El Sombrerón y La Tatuana.
La pasión por Williams la extiende al cine, fue viendo una adaptación de 1964 de su novela corta La noche de la iguana, escrita en 1961, que una de las actrices usa la frase The Blue Devil (diablo azul) para referirse a sus tormentos internos. Después de esa escena, surgió el nombre del álbum. Si hay algo común en sus canciones, dice, es la lucha interna que cada tema refleja.
 

El lado dulce

Los altos decibeles no lo son todo en la música de Mercedes, estos forman parte de los conciertos que hace con banda completa. Por lo general se presenta sola, acompañada de guitarra. En esos espacios íntimos, casi acústicos, refleja que  tiene un lado menos intenso, más melódico y dulce. En abril dio muestra de esta arista cuando cantó para la plataforma en línea Sesión de micros abiertos, pero en sus planes hay más material de este tipo. Para el sitio El Antigüeño colaboró en junio con un video de Noche de ronda, de Agustín Lara.
 

Gira

“El silencio también es importante para componer”, sostiene, por lo cual desde abril tomó un receso para renovar sus musas y aclarar su horizonte musical. Es por eso que dejó de tocar una temporada en su querida Antigua Guatemala. “Me sirvió mucho el descanso”, indica.
Sus conciertos se habían espaciado notoriamente, hasta hace unas semanas, cuando participó en La fiesta de la música, evento que se llevó a cabo en la Alianza Francesa, el pasado 21 de junio.
El 29, volvió a un escenario antigüeño, con su proyecto de banda, integrado por cinco músicos, show que el 14 de julio presentará en la capital para despedirse del país pues a finales de mes comenzará un tour por distintas ciudades de Estados Unidos, donde con anterioridad  ha tocado. La gira concluirá en noviembre en México y   la traerá a Guatemala  en diciembre. Es en sus redes sociales donde informará los detalles.
Además, colaborará musicalmente en Temblores, el nuevo proyecto del cineasta guatemalteco Jayro Bustamante.

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