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Mujeres afrontan discriminación en política, asegura Norma Quixtán

Norma Haydeé Quixtán Argueta, lideresa indígena de Quetzaltenango, hija del diputado constituyente Mauricio Quixtán, afirma que en Guatemala, en pleno siglo XXI, la participación femenina en política se mantiene rezagada por la discriminación y el machismo que persisten en el país.

Norma Quixtán,  lideresa indígena, asegura que existe discriminación y exclusión hacia las mujeres en  partidos. (Foto Prensa Libre: Alejandra Martínez)

Norma Quixtán, lideresa indígena, asegura que existe discriminación y exclusión hacia las mujeres en partidos. (Foto Prensa Libre: Alejandra Martínez)

Participó en la anterior elección como candidata al Congreso, pero no obtuvo curul. Actualmente preside el Instituto de la Mujer Kawok, que trabaja en Cantel, Quetzaltenango y San Juan Ostuncalco y que brinda formación de mujeres en derechos, trabajo, educación, salud y ambiente.

¿Cómo percibe la participación femenina en los partidos políticos?

Las instituciones partidarias son de carácter machista, discriminadoras, racistas y clasistas. Las mujeres que toman la decisión de integrar una agrupación de este tipo saben que tendrán que servir a sus compañeros en puestos operativos o de servicio, mandos bajos, porque es bastante difícil que ocupen puestos altos en la estructura.

A las primeras mujeres que rompieron el paradigma de participación, hace más de 30 años, les tocó servir café, atender a sus colegas y hasta limpiar los salones de reunión.

¿Hay diferencia en el trato hacia una mujer dependiendo de sus raíces?

Las mujeres ladinas son las que han logrado mayor inclusión, por la oportunidad de educación que han tenido. Las indígenas, por el contrario, han ganado espacios por su propio trabajo y liderazgo en sus comunidades, pero han invertido más de 20 años en la organización para obtener un puesto.

Aún existe discriminación hacia la mujer y sobre todo a la indígena, no se dan oportunidades para ellas.

Heredó la pasión política de su padre, Mauricio Quixtán, miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, 1984.

Norma Quixtán es licenciada en Trabajo Social.

Tiene una maestría en Políticas Públicas, y otra en Género y Política.

Candidata a diputada por la Democracia Cristiana y Unión Democrática.

Fue gobernadora de Quetzaltenango durante el gobierno de Óscar Berger.

Fue secretaria de la Paz durante el mismo gobierno.

Impartió cursos de Estado y Política, Historia Política de Guatemala y Técnicas básicas en planificación y desarrollo de proyectos.

Ha sido consultora sobre los derechos de la mujer y de los indígenas

Preside el Instituto de Mujer Kawok, en Quetzaltenango.

Una vez dentro de la organización, ¿cuánto protagonismo logran las mujeres?

Es difícil ingresar y más aún mantenerse dentro; se deben hacer amigos estratégicos y acceder a espacios y hacer estrategias para mantenerse. De lo contrario no se podrá escalar en puestos en la organización. La discriminación es a todo nivel, incluso entre las mismas mujeres, que hacen de menos a quienes no tienen estudios o pertenecen a otra clase social o etnia.

¿Desde hace cuántos años las mujeres participan en política partidaria en el país?

Las primeras mujeres comenzaron en 1984, con la Asamblea Nacional Constituyente, pero la aceptación ha sido cuesta arriba, sin que los hombres reconozcan el trabajo y la suma de votos que ellas tienen por el liderazgo en comunidades. Pese a que han transcurrido tres décadas, el número de mujeres no equivale al de los hombres en los partidos.

¿Qué aspectos afectan en la decisión de las mujeres para ingresar en un partido?

Los hombres pelean por sus puestos, el sistema de partidos políticos en el país es preocupante porque va de más a menos en la participación femenina. Entre los candidatos a elección es sencillo de ver, ya que los datos no mienten. Los candidatos a diputaciones, alcaldías y presidencia siempre son hombres. Más de alguna mujer logra un cargo de concejal, pero son las últimas concejalías o suplentes.

¿A qué se debe la poca participación de mujeres en cargos de elección?

A que no se les da el espacio, van en diputaciones en segunda o tercera casilla. A pesar de tener seguidores, solo contribuyen con votos que reciben los de arriba; son vistas como escaleras. Otro aspecto es que una mujer jamás puede desentenderse de su familia como el hombre, ya que son más emocionales y deben velar por los hijos.

En las elecciones del 2011 el voto femenino marcó la diferencia en mayoría. ¿Cree que las mujeres votan por decisión propia o se encuentran condicionadas?

La historia lo dice todo. Desde la firma de la Independencia se invisibiliza la participación de Dolores Bedoya de Molina, quien figuró en el movimiento y fue sometida a encargarse de la fiesta y de tener la marimba para la celebración.

Las mujeres votan condicionadas por sus padres o esposos, la sociedad ve a la mujer como un voto para la elección, no como una participación activa para la vida política.

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